Ximena Araya Monroy
Ayer se dieron a conocer los resultados de la Encuesta Casen 2015, que mide la pobreza en el país y donde Tarapacá registró una disminución en cuanto a esta condición, respecto a ingresos, pasando de un 8,2% en 2013 a un 7,1% en 2015. Sin embargo en cuanto a lo que se define como pobreza multidimensional, que incluye aspectos ligados a vivienda, trabajo, salud y educación, la región pasó de 17,7% en 2013 a un 19,7 en 2015.
Finalmente en la modificación del instrumento de 2015 donde se incorpora la dimensión de redes sociales y cohesión social que evalúan aspectos de apoyo y participación social, trato igualitario y seguridad y se amplía la dimensión de vivienda, la región obtuvo un 20,5% de pobreza.
Un resultado que preocupa al director regional del Hogar de Cristo, Pablo González, quien pese a valorar la disminución de la pobreza en cuanto ingresos cuestionó que, "no hemos crecido en la misma forma en términos de otorgar mayor cobertura en los otros aspectos que se miden en la encuesta Casen".
A nivel regional en la dimensión donde se observa un mayor porcentaje de pobreza multidimensional, es en el trabajo, enfocado en aspectos de ocupación, seguridad social y jubilaciones.
Bien sabe de esta situación Juanita Carmona, jubilada por invalidez del Ejército, quien recibe en promedio $160 mil líquidos que debe dividir entre ella y su hijo. Por esta razón y pese a la pérdida de sus cristalinos y otras enfermedades crónicas, se ve obligada a vender dulces y empanadas para reunir los 200 mil pesos de arriendo que debe desembolsar cada mes.
Casen
Loreto Castillo, magíster en Ciencias Sociales con mención en Políticas Sociales y académica de la Unap, explicó que la incorporación de nuevas dimensiones a la medición de la pobreza tiene que ver con la mayor complejización del fenómeno.
"No sólo tiene que ver con la capacidad económica de una familia para acceder a la canasta básica alimentaria, sino con que esta (la pobreza) afecta distintos ámbitos de funcionamiento social, a nivel de bienestar socioemocional, de las relaciones intrafamiliares, de las interacciones con el entorno comunitario y de las posibilidades que estas familias tienen para desarrollarse de manera inclusiva en sociedad", dijo Castillo.
Por último respecto a si faltan nuevas dimensiones para medir la pobreza, refirió que, "si queremos intencionar la medición desde otras perspectivas aparecerían otras áreas como la perspectiva de género, la situación de la infancia y adolescencia, del envejecimiento poblacional, segregación residencial, impacto ambiental, por nombrar algunas".
Cómo se mide
La encuesta Casen fija la línea de la pobreza en los $151.669 por persona y la extrema pobreza en los $101.113, definiendo otros valores dependiendo de la cantidad de integrantes por hogar. Otros indicadores que preocupan en la región tiene que ver con que la pobreza extrema aumentó de un 2,2% en 2013 a un 2,3% en 2015.
11,7 es el promedio de pobreza a nivel país, la que bajó en relación al 2013, donde se fijó en 14,4.