Crismary Castillo Marengo
Eduardo González está próximo a terminar sus prácticas profesionales en el Juzgado de Familia de la Seremi de Justicia en Tarapacá. Él se titulará como abogado y egresará de la Universidad Arturo Prat a sus 28 años.
Su situación de discapacidad visual no le impide tener en mente un postgrado en derecho internacional en el exterior ni tampoco el desarrollo de su vida laboral acá en Iquique.
"La experiencia en la universidad tuvo dos caras: una dulce y una amarga. La dulce se relacionó con el aumento de mis relaciones interpersonales y el apoyo que recibí de mis compañeros y profesores, sumado a los avances en la tecnología que me permitieron cursar mis estudios de forma independiente", recordó González.
La experiencia amarga se relacionó al acceso a la biblioteca y sus contenidos, ya que según recordó sólo pudo revisar un 1% de la bibliografía que necesitaba para sus estudios de abogacía.
El estudiante en práctica describió que tuvo que adaptarse ya que el entorno en el que está inmerso está hecho para personas que ven. "Ahora se habla mucho de inclusión, más que de integración. Esta ultima es el proceso de adaptación para compatibilizar con la realidad y en la inclusión yo me adapto, pero el entorno también se tiene adaptar", refirió.
Costos y acceso
En tanto, Katherine Araya, intérprete de lengua de señas, manifestó que depende de cada universidad destinar el dinero para contratar a un intérprete o acceden a distintos proyectos a través del Senadis.
"La contratación de un intérprete se va a los ramos fuertes, pero, ¿qué pasa con los otros ramos?. La familia debe asumir los gastos", aseveró.
Sobre este tema, desde comunicaciones de la Universidad Santo Tomás informaron que en su institución hay seis estudiantes en situación de discapacidad, tanto motoras como sensoriales.
"La UST asignó recursos para contratar intérpretes de lengua de señas y este año se adjudicó uno de esos proyecto con Senadis para tener un equipo multidisciplinario compuesto por un terapeuta ocupacional y un profesor de educación diferencial que acompañan a nuestros alumnos en su desarrollo académico y los preparan esencialmente para enfrentar las prácticas profesionales", explicaron.
Inclusión
Si bien en la Universidad Arturo Prat no cuentan con la cifra de estudiantes en situación de discapacidad inscritos, en el 2014 postuló Proyecto de Integración Educativa (PIE), que sumó un aporte de 150 millones de pesos de parte del Ministerio de Educación y con un aporte de 20 millones de pesos, emanados desde la propia institución.
El proyecto es "Unap te incluye" y en su primera fase dejó un diagnóstico que determinó una estrategia que permitió la mejora e intervención en espacios dedicados al estudio.
Margarita Briceño, vicerrectora de Investigación, Innovación y Postgrado y encargada de esta iniciativa, explicó que la iniciativa busca que los docentes adapten las técnicas de estudio con sus alumnos, facilitando así la nivelación de los estudiantes pesquisados con Necesidades Educativas Especiales.
17,7% de la población en Tarapacá está en situación de discapacidad según Senadis.