La historia de las chatas o pontones anclados en la bahía de Iquique es un tema para muchísimas páginas, pero me reduciré a esta nota, reflotando una historia sumergida en el mar del olvido.
Chatas o pontones eran buques desarbolados que servían de almacenes o bodegas flotantes en algún puerto, como Iquique. Se trataba por lo general de veleros, pero también habían vapores, los que por su antiguedad eran adquiridos para ese objetivo. Hubo casos de veleros que se quemaban, quedando su casco a flote. Este se sacaba a remate. Se hacían las reparaciones y se convertían en chatas o pontones. Estaban bajo las órdenes de un capitán, así lo señala la prensa local en relación a la chata "River Indus". Este era Pedro García Regazzone, que tenía a su familia a bordo. Me refiero al año de 1911. Otras informaciones periodísticas indican la existencia de cuidadores.
En 1911 en la bahía de Iquique se hallaban las chatas "Carampangue", "Posidon" y "River Indus". Años después, en 1921, en la bahía seguían ancladas las chatas "River Indus" y "La Fontaine", que reemplazó a la "Carampangue" que se incendió.
Mi madre Emilia me relató que mi abuelo José Santos Velásquez Cadima tuvo la oportunidad de estar a bordo de una chata anclada en la bahía, gracias a la invitación del encargado de ésta. Allí pasaba momentos gratos con el chatero que vivía con su familia. Era un lindo domingo en medio del hermoso escenario marino.
Llegó el ocaso de las chatas. Ya no había necesidad de ellas con pleno funcionamiento de las obras del Puerto Artificial, a las cuales se agregó la planta de almacenamiento y embarque mecanizado de salitre a granel. También quedaron abandonados definitivamente muelles y bodegas, que después fueron desmantelados. Así desaparecieron los vestigios de Iquique marítimo de la bonanza salitrera con una bahía muy concurrida de veleros y vapores.
Nos vemos en cuatro años
La frase más común de los candidatos a alcalde que perdieron la elección fue... "Nos vemos en cuatro años"... Craso error, cuando la actitud debiera ser el de mantenerse vigente, atento a la gestión de quién lo ganó, incluso jugarse por insistir en sus propuestas, demostrando que su discurso ante sus partidarios era de verdad, el irse a negro solo confirma que sus electores existieron mientras no se supo el escrutinio final con la perdida de la elección y después si los he visto no me acuerdo, para volver en cuatro años "como nuevo", abusando de la muy mala memoria de los chilenos, que esperemos que sí esté en franca retirada.
Luis Enrique Soler Milla.
Mario Zolezzi Velásquez.