Ximena Araya Monroy
Un importante deterioro se observa en el Cementerio N° 1 de Iquique, el más antiguo y de relevancia histórica de la ciudad. Allí se encuentran los restos de los veteranos de la Guerra del Pacífico y de Pedro Regalado Núñez, dirigente de la Huelga de los 18 Peniques, que desembocó en la Matanza de la Escuela Santa María, el cual luce con sus veredas en mal estado y algunas estructuras con peligro de colapso a raíz del terremoto de 2014.
En un simple recorrido por el camposanto, se advierte a trabajadores municipales pintando la fachada o efectuando obras menores, como parte de los preparativos de la celebración del Día de Todos Los Santos. Sin embargo los mausoleos más antiguas presentan daño estructural, como es el caso de la Sociedad Peruana de Socorros Mutuos. Otro problema es la acción de los vándalos, que rompen o rayan con spray diversas sepulturas.
Nilsa Arenas concurre constantemente a este cementerio y conoce perfectamente los puntos de riesgo, "hay cornisas peligrosas, pero generalmente se preocupan de arreglar solo el 1 de noviembre", señaló la vecina, agregando que siempre se debe acudir acompañada ya que el sector es peligroso.
Historia
Una situación que lamenta el historiador Mario Zolezzi, quien argumenta que el recinto mortuorio tiene un valor intrínseco por las diversas personalidades que allí se encuentran. Un espacio que además da cuenta del influjo de inmigrantes con los mausoleos de las colonias china, italiana y española.
Asimismo recorriendo sus calles se puede reconstruir la historia del movimiento obrero de Iquique y el Norte Grande, con las sepulturas de las entidades mutualistas, de los trabajadores marítimos, la sociedad de artesanos, entre otras.
"El valor histórico es el tipo de construcción de la época y las personas que se encuentran allí sepultadas. Hay una tumba que descubrí, la de Pedro Regalado Núñez... otro mausoleo muy importante que fue construido con mármol de carrara es de la familia Pascal, ese fue un salitrero francés. Está también el de los Urruticochea, los Malagarriga, está la tumba casi abandonada de Arturo Ríos, alcalde de Iquique y senador de Tarapacá", evocó Zolezzi, quien incluso denuncia que en sus años de recorrido ha sido testigo de la desaparición de los sepulcros de las familias Cattey -Guzmán y Nair- Cañita.
A su juicio una medida primordial para protegerlo es incrementar la altura del cierre perimetral, aumentar la iluminación y reforzar la vigilancia del camposanto, precisamente porque uno de los problemas es el ingreso de desconocidos, que provocan daños o roban.
Actualmente el camposanto cuenta con un vigilante durante el día y dos nocheros, según informó la administradora del cementerio Yasna Núñez.
Fundación
En el frontis del cementerio N° 1 aparece 1898 como fecha de fundación, pero el historiador Mario Zolezzi aclara que eso corresponde a la construcción del cierre perimetral, ya que su origen es anterior, correspondiente a la época peruana. Otros puntos de interés son un monolito del periodista Manuel Castro Ramos y un pequeño memorial en recuerdo de la Matanza de Santa María.