Dios existe
Un hombre fue a una peluquería a cortarse el cabello y recortarse la barba, como es costumbre. En estos casos entabló una amena conversación con la persona que le atendía. Hablaban de tantas cosas y tocaron muchos temas. De pronto, tocaron el tema de Dios. El peluquero dijo: -Fíjese caballero que yo no creo que Dios exista, como usted dice. -Pero, ¿por qué dice usted eso?- preguntó el cliente. -Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no existe. O... dígame, acaso si Dios existiera, ¿Habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si Dios existiera no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad. Yo no puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas... El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una discusión.
El peluquero terminó su labor y el cliente salió del negocio. Entonces, vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello largo; al parecer hacía mucho tiempo que no se lo cortaba y se veía muy desarreglado. Entonces entró de nuevo en la peluquería y le dijo al peluquero: -¿Sabe una cosa? Los peluqueros no existen. -¿Cómo que no existen...? - aquí estoy yo y soy peluquero. -¡No! -dijo el cliente- no existen, porque si existieran no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de este hombre que va por la calle. -Ah, los peluqueros sí existen, lo que pasa es que esas personas no vienen aquí. -¡Exacto! -dijo el cliente- Ese es el punto. Dios sí existe, lo que pasa es que las personas no van hacia Él y no le buscan, por eso hay tanto dolor y miseria...
Sí, mucho del dolor que vemos a nuestro alrededor no sería tal, si los seres humanos buscáramos más a Dios, le conociéramos, hiciéramos caso de su palabra. Con todo, siempre habrá un dolor que consolar, una carencia que mitigar, un hermano del cual preocuparse, porque la grandeza del hombre, nos lo enseña la experiencia diaria, no está en no tener dificultades sino en la generosidad para enfrentarlas y en buscar con creatividad y confianza una solución adecuada. Busquemos a Dios, acerquémonos a Él, creamos en su misericordia, seamos misericordiosos y tendremos más esperanza. Dios existe, y la huella de su gloria está en cada hombre y mujer que somos llamados a cooperar con nuestro trabajo de cada día en el proyecto hermoso de la creación.
"Mucho del dolor que vemos a nuestro alrededor no sería tal, si los seres humanos buscáramos más a Dios".
Guillermo Vera,, obispo Diócesis de Iquique."