"La infraestructura de la ciudad es mala para nuestro desplazamiento porque las bajadas no tienen la inclinación necesaria y la gente que anda sola en sus sillas de ruedas no puede subir por sí solos, yo puedo porque con mi pierna buena me doy el impulso, pero hay gente que no tiene esa posibilidad", es la inquietud que tiene Luis Sierra, quien hace seis años que utiliza una silla de rueda para movilizarse tras sufrir un accidente.
En relación a lo anterior, Soledad Donoso sabe muy bien a lo que se refiere Luis Sierra, ya que debe acompañar a su hija que traslada en silla de ruedas y debe transitar por la calzada junto a los vehículos, porque asegura que moverse por la ciudad es muy difícil "corremos el riesgo de ser atropelladas porque no se puede andar por las veredas, ya que están en mal estado, afortunadamente yo puedo acompañar a mi hija, pero hay gente que no tiene esa posibilidad".
En este sentido, Cabezas agregó que "falta que se preocupen más de las otras personas que no pueden desplazarse por sí solas, entonces para ellas yo pido que se hagan más rampas y facilidades para que ellos puedan desplazarse por la ciudad".
Una opinión similar comparte Leslie Rozas, ya que su hijo debe movilizarse en silla de ruedas luego que le diagnosticaron un tumor que afectó su motricidad "entonces a cualquiera le puede pasar en algún momento de su vida".
La preocupación de Rozas se debe a que hay ocasiones en que no respetan los accesos de discapacitados, "es el caso del consultorio donde hay una rampa, pero está ubicada en un sector donde se llena de gente esperando, entonces cuando voy con mi hijo en su silla de ruedas está bloqueado el paso, lo que da cuenta de que está mal distribuido el orden para la atención de los pacientes. De qué sirven los accesos si van a estar copado de gente".
En relación a lo anterior, Luis Díaz, presidente del centro Fuerza de la Vida, en el cual participan personas que tengan discpacidades físicas o sensorial, hace diez años que anda en silla de ruedas luego que se agravara su diagnóstico de artrosis y "se me hacía imposible caminar porque me dolían las piernas y opté por la silla para tener más rapidez y autovalencia".
Pese a la insistencia de La estrella, por conseguir una versión del Servicio Nacional de la Discapacidad, no fue posible obtener una declaración.
25 socios activos tiene el Centro Fuerza de la Vida de personas con discapacidad.
Lorena Méndez J.
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