Bocinazos, música a alto volumen y mucha, pero mucha alegría son la tónica durante las dos últimas semanas del mes de diciembre en la región de Tarapacá.
Ha sido así desde los años 50 y especialmente en la década del 80 cuando llega a uno de sus momentos de mayor gloria, en que prácticamente en cada empresa, junta de vecinos o población en general contaban con uno. Se trata de los populares carros de Navidad.
Sorpresa en la cara de los turistas ante el paso de uno de estos creativos vehículos e incluso más de alguno impresionado al recibir una lluvia de caramelos que no esperaba ante el paso de las caravanas.
Se trata de una de las tradiciones populares más arraigadas en Tarapacá y que distingue a la zona como una de las que vive con mayor intensidad este feliz periodo del año.
Los carros navideños representan el esfuerzo y la alegría propia del pueblo iquiqueño y una de las expresiones más difundidas y que con mayor rapidez traspasa las generaciones.
Una de las características interesantes de este verdadero fenómeno social es que los carros navideños no se han visto perjudicados o disminuidos ante el paso del tiempo. Ello porque han sabido, creativamente sus cultores, aprovechar los avances tecnológicos y las mejoras en materia de películas y animación infantil.
El cartón, madera y pintura de antaño han dado paso además a las luces led y disfraces alusivos a verdaderos fenómenos como cintas de Disney, Pixar y Dreamworks, con personajes corpóreos que son capaces de sumar singulares detalles a cada uno de los carros, en una verdadera fiesta navideña rodante que recorre las comunas de punta a punta.
Lo único que no ha cambiado es que siempre el centro de la puesta en escena de cada móvil es la presencia del Viejito Pascuero, el que no solo es ayudado por duendes, sino que también suma a su staff de entretención a personajes como Pikachu, Gokú, Elsa o tantos otros que han sido éxito en las salas de cine.
Una tradición local que incluso ya comenzó a ser imitada en otras regiones, fruto del ingenio nortino que ojalá continúe mientras siga pintando sonrisas en las caras ilusionadas de los niños.
"Distingue a la zona como una de las que vive con mayor intensidad este feliz periodo del año".