Después de algunos años de discusión y en atención a la debatida licitación respecto a la ampliación del área de acopio de contenedores impulsada por la Empresa Portuaria de Iquique, no sólo se avanza en mayor capacidad y eficiencia para el comercio exterior de la región y el país, sino también se abre una oportunidad para reflexionar y proponer sobre el adecuado diseño de las infraestructuras costeras.
Desde el punto de vista territorial, las vialidades interurbanas, la reactivación del ferrocarril o la vías de conexión donde confluye el corredor bioceánico, implicarán una definición de trazados que deben, en lo posible, complementar y favorecer las diversas actividades cotidianas de la ciudad. Adquieren valor entonces las propuestas que han intentado resolver el acceso al puerto desde el norte, y con ello extender las actividades industriales y logísticas hacia ese sector, el mejoramiento en la conectividad y transporte con las zonas altas de la comuna, ante la disponibilidad de terrenos que permitan la acumulación de carga.
El puerto de Iquique presenta una ubicación adecuada respecto a la ciudad, en la eventualidad de recibir un impacto de ola. Su emplazamiento sobre una isla conectada artificialmente facilita una posible mitigación de las potenciales consecuencias que tendría sobre la costa el desplazamiento de la carga acopiada en el puerto. De todos modos, el cuidado sí implica evitar grandes acumulaciones, prohibir el almacenaje de materiales peligrosos y resguardar la salida de embarcaciones medianas y mayores ante la alerta.
No hay que olvidar que habitamos un país visitado periódicamente por la catástrofe, donde solo las acciones que se puedan materializar en el borde costero no serían suficientes. La experiencia internacional nos dice que es posible disminuir los grados de vulnerabilidad con acciones de diseño urbano, donde la educación cívica, las vías de escape y la ubicación progresiva de los equipamientos urbanos críticos en zona segura se hacen tareas necesarias. Esto requiere del liderazgo de nuestras autoridades y un lineamiento coherente con los instrumentos de planificación territorial.
Alberto Texido, vicepresidente de Asuntos Externos- Colegio de Arquitectos de Chile