Mariela Cabello Venegas
Dejando el legado de su huella en muchos niños vulnerables de los distintos rincones de Iquique, Paul Oden, más conocido como el hermano Paul, dejó de existir el pasado viernes a sus 88 años.
Como su deseo era ser sepultado en el cementerio de La Tirana, fue despedido por su comunidad, durante la tarde de ayer con una emotiva eucaristía en la Catedral, tras lo cual se trasladaron en caravana hasta dicha localidad para quedar cerca de la Carmelita.
En la ocasión, cercanos al religioso, fundador de "Niños en la Huella", manifestaron el pesar por su partida, especialmente por ser quien se hizo cargo de los niños que más lo necesitaban. "Estoy con un nudo en el corazón porque se va un gran hombre, un gran siervo de Dios, un apóstol se puede decir, con mucho amor al prójimo", dijo Luisa Echeverría, presente en la misa de despedida.
Un padre
Para Mauricio Ramírez, en tanto, su partida es difícil, pues el hermano Paul se convirtió en un verdadero padre para él.
"Yo llegué a la Fundación Niños en la Huella cuando tenía 11 años y ahora tengo 26. Viví en el hogar de menores y hoy ya soy un profesional".
Según expresa, Ramírez, el hermano Paul, fue el hombre que lo crió, lo guió, acompañó y enseñó.
"Esa persona que está ahí transforma vidas. He conocido gente que el hermano Paul transformó su vida. Gente de distintas partes del mundo, del norte, del sur", comentó.
Su huella: un Legado
Los que lo conocieron, precisan que este religioso alemán de la Congregación del Verbo Divino, que hace 3 años logró la nacionalidad chilena, era poseedor de carisma, humildad, entrega y amor al prójimo, elementos necesarios, según señalan sus cercanos, que le permitieron crear la fundación.
"Él empezó buscando los niños más vulnerables en las caletas de Iquique dándoles abrigo, amor y un chocolate caliente y con ello abrió la fundación que hoy reúne cerca de 350 niños y niñas", señaló la presidenta de la fundación, Belinda de Souza.
La institución cuenta con centros comunitarios para niños y jóvenes, salas cunas para madres solteras y jardines infantiles.
Isabel Jara, directora de la sala cuna y jardín infantil Campanita, manifestó que la misión es seguir con el sueño de él, que es atender a los niños con cariño y educación.
En este sentido, de Souza y Ramírez llamaron a la comunidad iquiqueña a seguir apoyando a la fundación que busca proteger los derechos de los niños y les da las herramientas para salir adelante.
"Muchos de esos niños hoy son artistas, dentistas, ingenieros", contó su presidenta.
88 años tenía el hermano Paul, al momento de fallecer. Sus restos mortales descansarán en el cementerio de La Tirana.