Crismary Castillo Marengo
Fue una ceremonia de culto en que todo el público que se instaló en la terraza de la Casa de la Cultura de Iquique miraba estupefacto cómo la artista comenzó su inédito espectáculo.
Lola Rotten salió al escenario con ropa negra, con una capa transparente que hacía lucir su trabajada figura, sin que de momento se supiera cómo su cuerpo colgaría del techo a través de ganchos.
La música comenzó a sonar y con un baile minimalista Lola se paseó por el espacio que se hizo entre el público y las cuerdas que guindaban del techo.
Plumas
Siguiendo con su danza, Lola se sacó la capa y dejó ver sus tatuajes para luego dar paso al inicio de su número, a quien ella catalogó como de "shock".
Lentamente la bella joven sacó un set de plumas que en su punta tenían filosas agujas. La primera de estas plumas la encajó en su brazo izquierdo, ante el asombro de los asistentes que no dejaban de mirar la pequeña figura de Lola que continuaba su baile.
Fue así como varias de estas plumas comenzaron a adornar su brazo izquierdo para luego seguir con el derecho en una ceremonia donde el dolor no se reflejó en el rostro de Lola y que terminó, en su primera parte, con otra pluma en su abdomen.
Este primer acto fue premiado con el aplauso de los espectadores que dejaron de lado la intriga y se prepararon para el show más impactante de la noche.
Suspensión corporal
Llegó el momento esperado en que Lola Rotten trajo a Iquique este fenómeno artístico poco conocido en la ciudad y que salió a la luz en la década de los años 70 cuando el artista Stelarc popularizó esta práctica.
Con un sistema de poleas y de la mano de un experto que instaló en la anatomía de Lola dos ganchos que quedaron fijados en la parte alta de su espalda.
El asombro se sintió cuando lentamente el cuerpo de la chica se elevó y quedó suspendido en el aire y dando pequeños saltos, hizo una danza llevando al clímax la sensación de que estaba volando.
Su suspensión la realizó sin ningún tipo de anestesia, aspecto que impresionó a la concurrencia ya que su cuerpo se balanceó dando la impresión de volar de forma libre durante más de cinco minutos.
Los aplausos se sintieron cuando bajó al suelo y sonrió, demostrando el grado de profesionalismo de su arte.
FREAK show
Esta fue la primera vez que Lola Rotten se presentó en Iquique. "El espectáculo que presento es un show de alto riesgo en el que pongo a prueba el dolor físico", contó la artista ariqueña y añadió que es poco el tiempo que lleva realizando este tipo de actuaciones.
"Desde hace tres años me dedico a hacer esto y para mí es poco el tiempo. La primera vez que lo hice fue toda una aventura porque siempre me llamó la atención hacer un freak shows", recordó. Por eso decidió iniciar las pruebas y la investigación de cómo eran los trucos hasta que consiguió cierto nivel. "Shock, eso es lo que quiero transmitirle al público es lo que hago: shockart", finalizó.