A 110 años de la escuela Santa María
Los sucesos del 21 de diciembre de 1907, los iquiqueños los conocimos desde la memoria oral. Una de ellas era a través de familiares o amigos y la otra era en el mismo colegio, cuando en el patio o la sala los estudiantes de las antiguas escuelas 1 y 9 hablaban de fantasmas que penaban.
Esa oralidad pudo más que el olvido de la historia oficial y se refuerza por la Cantata de la Escuela Santa María del iquiqueño Luis Advis y musicalizada por el grupo Quilapayún.
Luego de los 100 años ¿qué ha sucedido? La respuesta da paso a una justificación de efemérides que ha conducido el estado, el mismo que en voz del ex ministro Belisario Velasco, pidió perdón en la presentación artística de los 100 años, frente al monumento a Prat.
Pero, desde la sociedad civil y barrial, ha surgido un flujo de historicidad, que se levanta en la misa de conmemoración llevada a cabo por la Parroquia del Colorado, que rescata una antigua tradición de los pobladores de esa antiguo sector. La actividad de la junta de vecinos Barros Arana y la romería del reciente colectivo por la Memoria Histórica.
Todo ello responde a un olvido que continua, evidencia es revisar planes y programas de estudio de educación básica y media , para comprobar que el hecho sigue sin la dimensión real de una afrenta a la vida, pero ha sido desde los profesores de historia locales que se han hecho recordaciones y actividades a saber una de ellas, fue la iniciativa hace años del CD compilatorio de Hernán Ahumada Véliz, Juan Quezada y Leonardo Lancellotti del Liceo Politécnico de Iquique, idea didáctica que Cormudesi debería potenciar por su importancia.
La tarea de hoy, es recordar desde la historia un hecho transcendente a nivel mundial, situado en un contexto global del capitalismo que tiene a nuestra ciudad y la pampa salitrera como protagonista y es por ello, que la historia debe salir a la calle, porque es el relato de la gente , pobladores y vecinos. El pensamiento histórico debe responder a las necesidades de las sociedades y es una proyección analítica necesaria. La finalidad de la historia es responder a la ciudadanía, preguntarse sobre nosotros desde el presente al pasado.
"El pensamiento histórico debe responder a las necesidades de las sociedades".
Patricio Rivera Olguín,, historiador Unap"