Jóvenes "aperran" y trabajan expuestos a altas temperaturas
Hay casi 30 grados en la ciudad y varios muchachos laboran con gran calor y explican que la clave está en hidratarse.
Con termómetros que bordean casi los 30 grados en los últimos días, en Iquique se hace cada vez más imposible andar caminando por las calles o realizar una labor sin sentir el agobio por las altas temperaturas.
Aunque hay casos como el de tres jóvenes de la ciudad, que están acostumbrados a realizar sus labores bajo el sol o expuestos a niveles de humedad y calor, que para ellos son absolutamente normales por la naturaleza de sus trabajos.
Este es el caso del oriundo de Bolivia, pero iquiqueño por adopción, Alejandro Miñes Arteaga, quien trabaja hace seis meses en la panadería Los Lleuques del Terminal Agropecuario de Iquique.
En este lugar Alejandro trabaja de ocho de la mañana hasta las seis de la tarde y tiene que preparar, amasar y hornear todo tipo de panes, empanadas y pasteles.
"Ya como es habitual, estamos acostumbrados a trabajar a altas temperaturas y ahora que estamos en verano estamos más hidratados y consumimos más agua, pero cuando estamos en invierno le hacemos más a la bebida", cuenta.
Es que hay que soportar las temperaturas en una panadería, indica este joven, ya que si afuera el termómetro marca 26 o 28 grados, ellos fácilmente adentro pueden tener en algunos momentos sensaciones térmicas superiores a los 35° celsius, sobre todo cuando están los hornos prendidos.
"Tenemos que estar ahora con las puertas abiertas, pero la de atrás y no la de al frente por una cuestión de higiene (...) Lo bueno es que no todo el rato estoy yo en el horno, eso se rota. Un turno un tiempo está en las máquinas (para amasar) y el otro está en el horno", relata.
Arteaga no se queja, él asume que es un trabajo que venía con esas condiciones, por lo mismo dice en buen chileno, a pesar de que es boliviano, que "hay que ponerle bueno nomás".
Bajó de peso
De todas maneras el joven panadero sobre las altas temperaturas estivales en la ciudad señala que para él es inédito trabajar con tanto calor y asegura que termina con toda su ropa mojada e incluso baja hartos kilos realizando su labor.
"Sí uno baja un poco de peso y si uno no toma constantemente agua, se puede llegar a la deshidratación", concluye.
Otro caso de trabajo a "alta temperatura" es el de vendedor "outdoor". Javier Bórquez, estudiante de cuarto medio trabaja captando clientes para una empresa de televisión digital en la esquina de calle Serrano con Luis Uribe y comentó que lo hace para ganarse una "platita extra".
"Más que nada tener dinero en caso que lo necesite y tengo la ventaja que, a pesar del calor, me llega viento constantemente del mar", dice.
No es primera vez que hace esta labor y relató que, por esto mismo, sabe que tiene que cuidarse del sol, aunque muchas veces esto se le hace difícil por el ajetreo mismo de su labor.
"Hay que aguantar nomás. De hecho me dieron un gorro hace unos días y me prestaron unos lentes, ya que estaba todo el rato con los ojos como 'chinos' y me estaba doliendo la vista, pero como no uso bloqueador tengo todos los días la nariz quemada", confiesa el adolescente, agregando que él sabe que su trabajo es una "pega" más fácil que otras, por lo que está bastante consciente de su suerte.
"Por cada venta me ofrecen una cantidad de dinero y también por estar aquí en este punto. Tengo pensado trabajar hasta la primera semana de febrero y de ahí a gastarse la plata", asegura.
Salvavidas
Un clásico de las labores expuestas a altas temperaturas y al sol, es el trabajo de salvavidas. Sullyn Estay entró a trabajar este año como salvavidas en playa Cavancha y ella no se hace problemas con el calor ya que relató las ventajas que tiene su oficio por estar en el mismo borde costero.
"Este es mi primer año como salvavidas, pero estoy ligada a la playa como hace cuatro años porque hago bodyboard. Entonces estoy ligada a la playa, al sol y la arena", dice.
Igual Estay sabe que este es el verano más caluroso que ha pasado a sus cortos 22 años y entrega unos tips para capear el calor.
"Lo mejor es un piquero y harta agua, también ocupar lentes, gorro y harto bloqueador y aplicárselo cada cuatro horas. Tengo la playa acá mismo, pero independiente de eso en este verano ha hecho mucho calor", señala y aclara que quiere quedarse por todo el año como salvavidas.
De todas formas, esta mujer rescatista recomienda a los bañistas no acercarse de 10 a 14 horas a la playa, ya que el calor a esa hora para ella está insoportable.
"Ya como es habitual estamos acostumbrados a trabajar a altas temperaturas"
Alejandro Miñes Arteaga,, panadero boliviano de Los Lleuques."
"Hay que aguantar nomás. De hecho me dieron un gorro hace unos días (por el calor)"
Javier Bórquez,, vendedor de packs de televisión digital."