Mijaíla Brkovic Leighton
Flores, frutas, verduras, hierbas y mucho más se puede encontrar en el Mercado Centenario de Iquique, icono de uno de los sectores más populares y antiguos de la ciudad.
Construido en 1930 y ubicado en pleno corazón del centro (Barros Arana con Latorre), pasearse por este edificio entrega una mezcla de sabores, aromas e historias que encantan. Y es que, aunque hoy en día existe una gran variedad de ofertas, el mercado sigue teniendo esa mística del tiempo que sólo preservan los lugares de antaño.
"Vendo verduras acá desde que tengo doce años", dice la señora Isabel Vilca (72), una de las vendedoras con más trayectoria del lugar.
Además de las frescas frutas y verduras que se consiguen a un bajo costo, también existen productos sólo disponibles en el Mercado Centenario. Por ejemplo, estevia boliviana, hierba luisa fresca u hojas de coca que muchos 'pijchan' (mascan) por tradiciones vinculadas a sus raíces altiplánicas.
"Muchas personas de Santiago vienen a buscar estevia aquí. Tengo varios caseritos", cuenta Leonora Arriaga, trabajadora de un puesto que ofrece especias peruanas y bolivianas.
Para los que buscan hacer un buen regalo a sus parejas, las florerías del mercado de Iquique son clásicas. Con flores traídas directamente desde Perú, Ecuador y el sur del país, estos recintos se ubican en la parte externa del edificio.
Una de las peculiaridades de estas tiendas es que venden crisantemos -popularmente conocidas como 'spiders'- las cuales son muy difíciles de encontrar en otros lugares del mundo.
"Es bonito este trabajo porque muchas veces ayudamos haciendo arreglos para ocasiones alegres, como matrimonios o pedidas de mano", comenta Alexis Caqueo, dueño de una florería y trabajador del rubro hace 15 años.
Otro atractivo del Mercado son sus pescaderías. "A los turistas les gusta tomarse fotos con los pescados que en sus países no existen", relata Eduardo Sanhueza mientras limpia un dorado de 9 kilos. Según los vendedores, los más pescados más demandados son la reineta, cojinova y congrio.
La oferta de restaurantes es también un plus. Con menús desde $2.500, se puede disfrutar de pailas marinas, mariscos o comidas más caseras.
Nelly Campos, dueña del restaurante Shalom, invita a los turistas a seguir visitando el mercado al recordar que "cuando uno conoce una ciudad siempre debe partir por la plaza y el mercado".
"Cuando uno conoce una ciudad siempre debe partir por la plaza y el mercado".
Nelly Campos, dueña del restaurante Shalom."