Mijaíla Brkovic Leighton
Se acerca el Día de los Enamorados e Iquique también puede ser la ciudad ideal para un escenario romántico. Y es que los atardeceres de la costa tarapaqueña son el telón de fondo perfecto para hacer de este 14 de febrero un día inolvidable.
Si lo que se quiere es tener un momento de conexión con la pareja rodeado de la tranquilidad del mar, el Paseo Playa Bellavista destaca entre otros bordes costeros. Con ciclovía, paseo peatonal y miradores, en este recorrido destaca el "Anfiteatro Marino", una obra arquitectónica semicircular que tiene como objetivo poder disfrutar, en primera fila, del espectáculo que ofrecen las olas.
Además, la atmósfera es la adecuada para relajarse escuchando el sonido del mar, viendo bandadas de pájaros pasar y contando con una vista panorámica de Cavancha y parte de la península.
Ubicado justo detrás del edificio de la Intendencia, el "Anfiteatro Marino" se inauguró recién en abril del año pasado y es la única construcción de su tipo en Iquique.
"Nos gusta mucho este paseo desde que lo arreglaron. Es muy lindo para venir a andar en bicicleta, pasar la tarde y compartir", dice Paula Dueñas mientras observa el océano junto a su pololo, Marcos Rojas. "El ambiente que da el mar, con el sonido de las olas y la vista, hacen que este lugar sea muy romántico", dijo el muchacho iquiqueño.
Pero no solo las parejas gozan de este sector del borde costero. También familias y turistas se acercan al lugar para mirar cómo rompen las olas: "Estoy muy impactada con la belleza del mar de Iquique. Yo también vengo de una ciudad de playa, pero el color turquesa de estas olas nunca antes lo vi", dice Elizabeth Martelli, argentina de Mar del Plata que paseaba por el Paseo Playa Bellavista con su hijo. "Nos encantó Iquique", asegura la trasandina.
Mirador de surf
El paseo cuenta también con un extenso mirador que sirve para deleitarse con las maniobras de los avezados surfistas que buscan las olas más grandes de la Tierra de Campeones.
Y es que en este sector de Bellavista surge la denominada "Ola de la Intendencia", que puede llegar a alcanzar una altura de tres metros y la cual tiene su propia leyenda: se dice que está poseída por el diablo porque posee cambios abruptos de movimiento que pueden llegar a ser fatales. Así, el recorrido por el Paseo Bellavista aporta romanticismo y aventura.