El complejo fenómeno de los 'habitantes' de la calle en Iquique
La capital regional concentra a una mayor cantidad de personas en situación de calle, según indicó el último catastro realizado en 2011. Una radiografía de un problema que parece no acabar en la Tierra de Campeones.
Todos los iquiqueños conocen al menos una historia sobre alguien que vivió, y quizás murió, en la calle. Durmiendo a plena luz del día en lugares turísticos, instalados en improvisadas viviendas que ellos mismos construyen o caminando entre delirios por los pasajes de la ciudad, la gran cantidad de personas en situación de calle es una realidad latente y que preocupa en la capital de Tarapacá.
Y es que, según el último catastro nacional realizado en 2011, nuestra región -junto con Arica y Parinacota y Coquimbo- es una de las que concentra un mayor número de sujetos que habitan en la vía pública, llegando a una cifra de 725 individuos.
La presencia de estas personas causa opiniones encontradas. Si bien las investigaciones sociales han demostrado que quienes viven en la calle son individuos que han atravesado trayectorias laborales accidentadas, rupturas familiares y/o consumos problemáticos de drogas y alcohol -por lo cual necesitan de ayuda y comprensión- habituales son los casos de personas de este tipo que mantienen actitudes altamente violentas, lo que genera miedo y desconfianza por parte de la ciudadanía.
De cualquier modo, es importante reconocer que los que se encuentran en situación de calle son individuos de diversos tipos: "Hay adictos, adultos mayores discapacitados y personas con problemas mentales (...) y existen algunos en situaciones más graves que otros", explicó María Teresa Cabrera, jefa social del Hogar de Cristo sede Tarapacá y Arica y Parinacota
Molestias
"Como vecinos, a nosotros nos llama la atención hace años que esta situación se mantenga así, sin que nadie haga nada (…) Hemos puesto varias quejas formales por algunos sujetos que, aunque sabemos que tienen problemas mentales, molestan porque hacen sus necesidades a la vista de todos, andan sin ropa y son violentos", declaró Hugo Marín, Presidente de la Junta de Vecinos Central de Iquique y de la Confederación de Uniones Comunales de Chile, quien también informó que hoy en día el problema de las personas en situación de calle es el principal conflicto que tienen como pobladores.
Asimismo, en lo que va del año, trabajadores de espacios que están buscando sostenerse turísticamente, también se han quejado de la forma de vida de las personas que pernoctan en la vía pública: "Se ve feo porque vienen turistas y los drogadictos están afuera. Eso deja mal parados a los iquiqueños", dijo hace un par de semanas Fernando Pujado, vendedor de una pescadería de la Caleta Riquelme.
Autoridades
La respuesta de las autoridades es constante, pero poco efectiva, ya que la situación persiste. Operativos para retirar a la gente que vive en casas de material ligero -conocidas coloquialmente como "rucos"- se mantienen durante todo el año y se intensifican en verano.
Sin embargo, el comisario de la Primera Comisaría de Iquique, mayor Ramón Rost, aseguró que "el fenómeno es repetitivo y hay que hacerlo cada cierto tiempo porque ellos se vuelven a instalar", dijo, agregando que los trabajos se realizan de manera conjunta entre inspectores municipales.
Y es que la situación en cuestión no es fácil de resolver. Por una parte, carabineros no puede detener a las personas que estén ocupando espacios públicos, sólo sacarlas. Por otro lado, la Seremi de Desarrollo Social no puede intervenir en la vida de sujetos que no tengan la voluntad de cambiar su forma de vivir.
"Yo me pregunto ¿Cómo se va a buscar la voluntad de una persona que está enferma?", plantea Hugo Marín, en representación de los vecinos iquiqueños.
Sólo en casos extremos se han realizado hospitalizaciones administrativas involuntarias, las cuales requieren de un largo proceso de autorizaciones y están a cargo de la Seremi de Salud.
Así sucedió el año pasado con una mujer que vive en diversos lugares del centro de Iquique y se le conoce con el nombre de "María". Después de una sucesión de incidentes violentos hacia la comunidad, se consiguió hospitalizar a la indigente durante un periodo aproximado de un mes. Sin embargo, hoy en día se le sigue viendo en evidente estado de descompensación.
Para los que sí cuentan con las ganas de salir de su estado de situación de calle, en Iquique hay tres lugares de acogida: Centro Día, de libre acceso y que ofrece un espacio diurno para que las personas puedan asearse y sociabilizar; Centro Hospedería, a cargo del Hogar de Cristo y que funciona a partir de las 17:00 horas hasta la mañana y el Centro Residencia, destinado a quienes cuenten con una fuente laboral constante para sustenar sus necesidades básicas.
De todos modos, no existe ningún albergue gratuito, donde las personas puedan pasar días y noches completos y que cuenten con equipos multidisciplinarios de profesionales.
"Son muchos los factores que influyen para que una persona haga de la calle su vida (...) No todos viven así por los mismos factores. Por ejemplo, hay muchos adultos mayores con problemas de discapacidad y sin vínculos afectivos que no tienen donde pernoctar y para ellos no existe ningún tipo de centro de acogida particular", dijo la jefa social del Hogar de Cristo.
Además, según contó la funcionaria, de todas las personas con las que ha trabajado sólo "un número muy reducido" logró salir para siempre de sus problemas de adicción y reinsertarse en la sociedad.
En primera persona
Jaime Oliva (50) es santiaguino, pero hace once años que vive en Iquique, dos de los cuales estuvo habitando en la calle. "El clima favorece para vivir así. Además, a mí me gusta. Hoy en día yo tengo casa y un trabajo como limpiador de autos, pero me gusta pasar tiempo con los 'ruqueros', porque son sinceros y porque, aunque muchos los tratan como lo más bajo, son personas que tienen estudios", cuenta Jaime, quien admitió que actualmente todavía fuma pasta base, pero dice tenerlo "bajo control".
Para él, lo que más le gusta de la forma de vida de la calle es "la libertad, porque nadie te molesta", aseguró. Sin embargo, afirmó que la mayor parte de las personas que viven de esa manera tienen grandes problemas familiares y fueron o son delincuentes.
Según Sergio Martínez, trabajador social y Magíster en Ciencias Sociales Aplicadas y parte de la Red de Salud Mental de Iquique, muchos de los que viven en situación de calle son personas que dejan en evidencia un sistema económico que excluye: "Son sujetos que no se han adaptado al sistema de trabajo y se alejan de los espacios de contención social, muchas veces por motivos graves, como violaciones o asesinatos", afirma.
En este sentido, el problema sería transversal a un lugar particular -en este caso, Iquique- ya que su razón de ser radica en un "sistema económico de exclusión y explotación que margina a los inadaptados", plantea Martínez.
Por ejemplo, en Oslo, Noruega, existen personas que merodean en las calles por adicciones a drogas, principalmente heroína, y que se pueden observar en el paisaje urbano de una manera muy similar a la que ocurre aquí. "El Estado es responsable de ayudar a todos los que no cuentan con un sueldo mínimo, por lo que todos los ciudadanos del país tienen donde vivir. Sin embargo, existe una cantidad de al menos 10 personas por noche que viven en la calle por motivos de drogadicción", dice la trabajadora social noruega Henrikke Sandtrø, que conoce la realidad iquiqueña.
"Lo que subyace entre ambas realidades es la infelicidad, el quedar excluidos de las posibilidades de desarrollo en el modelo", explica Martínez, proponiendo que la única forma de revertir esta situación es generando un debate serio sobre cómo afrontar esta situación a nivel social y económico.
"¿Cómo se va a buscar la voluntad de alguien que está enfermo?
Hugo Marín,, presidente de la Junta de Vecinos Central de Iquique"