La transformación que sufre el centro cuando el sol se oculta
Luego que las miles de personas regresan a sus hogares tras trabajar durante el día, se da inicio a una nueva jornada repleta de personajes e historias que toman el protagonismo en las calles del casco antiguo.
Comerciantes, oficinistas, estudiantes y trabajadores en general llenan las grandes tiendas, supermercados y las distintas empresas que rodean el casco antiguo. Sin embargo, al caer la noche los hombres de corbata y mujeres de uniformes desaparecen, no obstante, el movimiento no para, y ese lugar es ocupado por los llamados trabajadores nocturnos.
Desde las 18 horas se comienza a notar el éxodo masivo de personas, que en locomoción colectiva o en sus propios vehículos "huyen" del centro de la ciudad. Otra masa lo hace a las 21 horas, cuando las grandes tiendas y supermercados comienzan a cerrar sus puertas.
22 horas
En cercanías de la plaza Arturo Prat, la iluminación no es problema y al parecer la jornada no se hace pesada. Fredy Jaramillo, que se desempeña de repartidor en el local Telepizza ubicado en calle Tarapacá, espera a que salga un pedido. Ingresa a su trabajo a las 18 horas y termina a las 2 de la madrugada.
"El centro es tranquilo. Acá en la plaza Prat siempre hacen eventos por lo que también hay personas y movimiento", dijo el conductor, quien cree que los problemas surgen hacia el oriente de calle Vivar. "Allá es más complicado".
La visión del repartidor de pizza no es la misma de Pedro Miguel Díaz, de nacionalidad peruana, quien trabaja hace seis meses de nochero en la feria Tarapacá, justo en frente a un local de comida rápida. "Acá hay mucha prostitución. Se ve a cada rato. Salen en la madrugada chicas muy jóvenes. Eso me llama la atención, pensé que eso solo existía en mi país pero acá veo de las cuatro nacionalidades (Perú, Bolivia, Colombia y Chile)".
Díaz explicó que las patrullas de Carabineros hacen sus rondas por el lugar pero una vez que estos se alejan, comienza el desorden. "Hay presencia policial, ellos pasan pero los otros esperan a que se vayan para comenzar con los desmanes. Al menos con las chicas de acá a la vuelta (...) siempre hay escándalos. Acá cerca hay un 'cahuín'", dijo el extranjero.
23 horas
Más tarde llegan al lugar las cuadrillas de aseo que se encargan de limpiar lo que dejó todo un día con miles de transeúntes. Papeles, envases de comida y otros desperdicios típicos de esta zona. Sus turnos comienzan a las 22 horas y se extienden hasta las 6 de la mañana.
"Cumplimos diferentes funciones. Nosotros nos encargamos de las baldosas. Limpiamos las calles Juan Martínez, Aníbal Pinto, Sotomayor, O'Higgins y trabajamos entre 10 a 12 personas", dijo uno de los integrantes del grupo de trabajadores que no quisieron identificarse. La mayoría son extranjeros.
Emilio contó que el centro "es relativamente tranquilo pero en específico hay esquinas que son peligrosas. Allá en Tarapacá con Juan Martínez hay gente agresiva. Están tomando, hay drogadictos".
El trabajador municipal relató un episodio que le sucedió hace un par de años. "En 2015 me tocó presenciar una balacera y eso no va a cambiar. Me toca trabajar de noche. Nunca me ha pasado nada pero si he visto muchas cosas", confesó.
0 horas
Ya en medianoche el movimiento se hace más fuerte.
Daniel Gutiérrez, que se desenvuelve como reponedor del supermercado Unimarc de calle Vivar, explicó que tiene un turno distinto al común de la gente.
"Mi turno comienza a las 10 de la noche hasta las 2 de la mañana y después empiezo a las 5 de la mañana de nuevo. En el tiempo muerto voy hacer un tuto corto. Tengo más días libres pero junto horas".
Gutiérrez lleva haciendo esta labor durante tres años y aseguró que prácticamente ha visto de todo.
"Era brígido (peligroso) estar de noche, pero ya me acostumbré. Pasan muchas cosas en las noches, pasan borrachos, peleas de locos. Una vez vi a un hombre sangrando de la cara. También vi a muchos hablando solos, pasan muchas cosas. Yo miro y solo pienso".
Pero los iquiqueños no son los únicos que tienen que cumplir labores en la noche. José Soto llega a la ciudad cuatro veces al mes desde Coquimbo con la mercadería para el supermercado y relata que el centro es complicado, pero no por su gente.
"Es complicado venir al centro porque a veces está lleno de vehículos y no podemos descargar".
El conductor trae al norte cerca de 22 toneladas de mercadería, por lo que su jornada termina a veces a las 4 de la madrugada.
2 de la madrugada
Las farmacias de turno son uno de los lugares más visitados. Danitza Zambrano que es química farmacéutica de la farmacia Arauco de calle Vivar.
"Nosotros hacemos los turnos para atender a las personas en emergencias. Pero nos molesta cuando vienen a comprar leche, pañales, preservativos. En realidad no estamos para eso. Estamos para la medicina, medicamentos", explicó la profesional que como todos los trabajadores de farmacia ya se han acostumbrado a atender tras las rejas y muestran una gran facilidad para sobreponerse a distintos tipos de clientes que llegan durante la madrugada.
4 de la madrugada
Al dejar calle Vivar y dirigirse hacia el oriente, la noche muestra un festival gastronómico de venta callejera. Chilenos, peruanos, bolivianos y colombianos se toman aquel sector para ofrecer una variada oferta de bocadillos para quienes transitan en el sector.
Si bien hay tres locales establecidos de comida desde calle Vivar con Tarapacá llegando a Juan Martínez, tres "carritos" también se suman a este comercio.
Tanto los locales establecidos como los no autorizados venden lo mismo. Pollo broaster, papas fritas y todo tipo de frituras con precios desde los $2.500 a los $3.500.
El olor a comida que sale de improvisadas cocinas se contrapone a quienes a esa hora, metros más allá, duermen en la calle. Tapados con cartones u ocultos en antejardines de las antiguas viviendas se cubren del frío. Otros piden alguna moneda que les permita ir por un poco más de alcohol.
Precisamente es este el sector denominado como "peligroso" por parte de varios entrevistados. Muchos de ellos no quisieron dar su nombre por temor.
"Acá llegan muchos extranjeros sobre todo colombianos que vienen a trabajar pero vendiendo drogas. Los que tienen joyas, relojes grandes, todos ellos son los que venden y ni te digo las mujeres. Siempre hay boche con ellas, todas las noches", dijo un vecino.
Carabineros informó que durante el mes de marzo han recibido 1.712 llamadas de urgencia que generaron procedimientos en los cuadrantes 1 y 2, sin embargo los vecinos del sector aseguran que el centro de Iquique es "tierra de nadie".
Los vecinos no se sientes seguros pese a la presencia de Seguridad Ciudadana que llega cada vez que son requeridos. Aseguran que la delincuencia se tomó el casco antiguo de Iquique. Dicen que las noches de los lunes, martes y miércoles son tranquilas, pero a contar del jueves comienza el tormento.
Emilio, recolector de basura."
"Allá en Tarapacá con Juan Martínez hay gente agresiva."