La ingeniera comercial que llegó a Iquique desde Bombay
Más de veinte años trabajando en la Zona Franca lleva Nisha Sadarangani, proveniente de la India.
Nisha Sadarangani (50) llegó a Iquique en 1993. "La primera impresión que tuve de la ciudad fue que era muy pequeña. En auto se podía recorrer, de un extremo a otro, en sólo quince minutos", recuerda la ingeniera comercial y actual dueña de dos módulos en la Zofri. Y es que, seguramente, cualquier localidad de Chile debe parecer minúscula en comparación con el lugar natal de Nisha, oriunda de Bombay, India, una de las diez ciudades con mayor número de habitantes en el mundo.
Vestida con su traje de dos piezas típico -un salwar kurta color rosado- cubierto con un gran pañuelo que se usa cruzado -denominado chunni- Nisha rememora su historia de inmigración con una gran sonrisa: "Me vine a Chile por mi esposo, Haresh Sadarangani, quien es de Nueva Delhi. Con él nos casamos en India en 1990 y estuvimos un tiempo a la distancia, hasta que decidimos instalarnos en Iquique (...) una mujer debe optar siempre por estar donde se encuentra su esposo y su familia", señala Nisha.
Si bien cuenta que no fue fácil, al principio, acostumbrarse a un lugar totalmente nuevo, también asegura que se adaptó rápido. "Me vine con familia, con un hijo (Mohit), mi esposo y acá había algunos tíos, así que tener ese apoyo familiar me hizo sentir en casa", dice. "Además, los iquiqueños nos recibieron muy bien", manifiesta.
En este sentido, Nisha señala que una de las cosas positivas de Iquique es que se acepta todo tipo de credo. "Nunca nos hemos sentido discriminados aquí, al contrario. Además, para los hindúes somos todos iguales, no hacemos distinciones por creencias", concluye.
Barrera del idioma
Una de las situaciones más complejas por las que tienen que pasar los inmigrantes en su adaptación, es la llamada barrera del idioma, es decir, aquel punto donde la comunicación se hace imposible a causa de no comprender la lengua del lugar donde se reside.
Para Nisha, este tema no fue un problema profundo: "Yo creo que aprendí a comunicarme bien en castellano después de un año. En el jardín infantil de mis hijos, algunas tías me ayudaron, como también personas con las que trabajé", indica.
Además, Nisha explica que en India "existen muchos dialectos, por lo que estamos acostumbrados a escuchar diferentes idiomas", dice. De hecho, ella habla cuatro lenguas aparte del castellano: hindi (oficial en su país), sindhi, marathi e inglés.
"El castellano no me costó tanto porque tiene palabras muy parecidas al inglés", declara la ingeniera, quien aún conserva un acento que delata su extranjería.
Nacionalización
Después de más de veinte años en Chile y dos hijos con nacionalidad chilena, Nisha también decidió optar por pasar a ser una ciudadana más del país.
"En realidad no fue una decisión tan difícil de tomar. Chile me ha entregado muchas cosas, gracias a Dios, acá nos ha ido muy bien y siempre nos hemos sentido muy bien recibidos(...) incluso me pinto el rostro blanco, azul y rojo cuando juegan fútbol, como empanadas y me identifico con el país", dice.
Aun así, cada vez que puede viaja a su país natal: "Lo primero que hago es comer panipuri (popular snack hecho a base de garbanzo) y buscar todo lo referido a la moda, que es algo que me gusta mucho", comenta.
"Aprendí a comunicarme bien después de un año de estadía en Iquique (...) el castellano es parecido al inglés".
Nisha Sadarangani,, ingeniera comercial e india."