Respecto a la venta de propiedad de la Sociedad Protectora de Empleados de Tarapacá, en adelante la sociedad, quisiera hacer saber mi opinión: Históricamente el Archivo Nacional registra dos inscripciones de contrato de compraventa: Primero, don Hermógenes Cordero dio en venta a favor de la sociedad, la propiedad compuesta de casa y sitios ubicados en la Plaza Prat..., según inscripción a fojas 128 vuelta número 195 año 1903, del Conservador de Bienes Raíces de Iquique; y segundo, don José Montellano dio en "venta real y enajenación perpetua" a favor de la sociedad, un predio urbano, compuesto de terreno y edificio, que forma la esquina Sur-Este de las calles de Aníbal Pinto y Thompson, en la Plaza Prat de este puerto...; según inscripción a fojas 267 vuelta número 391 año 1909, de Conservador de Bienes Raíces de Iquique.

Cabe observar que en el segundo contrato de compraventa, la propiedad se dio en "venta real y enajenación perpetua". O sea, a perpetuidad, para siempre o para toda la vida. Excepto el imprevisto a que no es posible resistir como el terremoto o incendio u otras circunstancias como la fuerza mayor o caso fortuito o la expropiación fiscal o municipal, en virtud del artículo 19º número 24 de la Constitución Política.

Sin perjuicio a que la sociedad tampoco podría invocar los estatutos como norma jurídica, acordada por los socios o los fundadores, que regula su funcionamiento de su persona o personalidad jurídica que le haya otorgado el Ministerio de Justicia... A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Triste debate

Roberto Cisternas Contreras