Ximena Araya Monroy
Solo el 20% de los varones que ingresan al centro regional de hombres que Ejercen Violencia de Pareja (Hevpa) concluyen su tratamiento, ya sea porque el resto no cumple con el perfil del programa, no reconoce que ejercieron violencia o porque abandona la terapia.
Según explicó Rosa Hernández, encargada regional de la Unidad de Violencia Contra la Mujer de Sernameg, este plan comenzó en 2011 y desde entonces ha atendido a 369 hombres que son derivados por los tribunales, como medida accesoria a una sanción o una suspensión condicional de un delito de violencia intrafamiliar.
Programa
"Es un dispositivo que apunta a la reeducación de los varones, que tiene que ver con reconstruir su masculinidad para poder incorporar una mirada alternativa a lo que significa ser hombre en sociedad, que tiene que ver con concepciones de masculinidad tradicional que tiene una base que el hombre es amenazado por la autonomía de la mujer", dijo la profesional, quien añadió que inicialmente los evalúan para descartar si presentan algún trastorno sicológico o clínico, de lo contrario deben derivarlos a la red de salud, luego se problematiza lo ocurrido para que ellos se responsabilicen de lo que hicieron.
Aunque la encargada afirma que hay hombres que no pueden dejar de justificar la violencia y luego se intervienen grupalmente.
El programa tiene una cobertura de 70 hombres al año, quienes acceden a un tratamiento de 6 meses. La psicóloga indicó que inicialmente no lograban cubrir todos los cupos por desconocimiento, pero con el paso de los años éste fue adquiriendo mayor demanda y actualmente cuenta con una lista de espera que este año es de 33 personas.
En el caso que las personas abandonen el programa, inmediatamente deben dar cuenta al tribunal que no están cumpliendo las condiciones para la suspensión condicional.
Estos tratamientos son monitoreados por los centros de la mujer para evaluar si los hombres tienen avances en sus conductas, lo que da cuenta de un abordaje intersectorial que se ocupa de la mujer y los niños, a través del Sename, en el caso que hayan sido víctimas y/o testigos de estos episodios de violencia.
Pese a que no todos completan su tratamiento, prueba de ello es que el año pasado solo 10 de los 51 varones que debían egresar lo terminaron, la profesional indicó que quienes lo hacen cambian radicalmente su vida, ya que mejoran su relación con su pareja e hijos, independiente que restablezcan la relación y se previene la violencia con futuras parejas.
369 hombres han ingresado al programa desde la creación del centro en 2011.