El invento del submarino significó un nuevo, poderoso y espectacular aporte naval a las más importantes marinas de guerra del mundo. Los buques de superficie de gran poderío de fuego, como los acorazados, ahora quedaban a merced del ataque de los sumergibles provistos de torpedos. Las fuerzas submarinas evolucionaron desde la Primera hasta la Segunda Guerra Mundial, donde tuvieron notable participación. La Armada de Chile recibió sus primeros submarinos en 1918. Años antes, en 1897, un inventor chileno llamado Domingo Urzúa Cruzat arribaba a Iquique para exponer públicamente sobre su ambicioso proyecto de un simulacro que la prensa denominó con sus apellidos.
Domingo Urzúa Cruzat era un profesor de ciencias físicas de la Universidad de Chile, además ejercía su profesión en liceos particulares de la capital. Atraído por la importancia que podía tener el submarino en la guerra naval del futuro, se interesó vivamente sobre este fascinante tema, sobre el cual ya habían intentos en el exterior al respecto. Así nació el invento de un submarino que divulgó y defendió. Ya era lejano el recuerdo del trágico fin del novedoso submarino en Valparaíso en tiempo de la guerra con España.
En otoño de 1897 llegó a Iquique el profesor Urzúa Cruzat, acompañadp de un periodista capitalino. Tuvo un gran recibimiento popular, incluyendo un emotivo homenaje de los fleteros de la bahía en el trayecti desde el patilligüaje al muelle (Lafrentz).
Se efectuó en su honor y beneficio una velada literaria musical en el Teatro Municipal, con la participación de una banda de un batallón. El inventor "explicó algunos puntos principales de su invent, haciendo demostraciones en una pizarra", informa un diario local. Hubo otros beneficios y manifestaciones en su favor. El profesor luego viajó a la Pampa, recorrió las oficinas desde Pozo Almonte al norte. En Pisagua se embarcó y regresó al sur.
Años después, en 1905, en la prensa iquiqueña se publica la noticia que en un taller particular había comenzado la construcción de un pequeño modelo del submarino Urzúa Cruzat. Un matutino local señala: "Parece que tendrá éxito completo, según opinión de un constructor naval, venido de astilleros ingleses. Unabogado había adelantado los fondos para la prueba". El interesante proyecto del inventor no se concretó. Esta iniciativa era demasiado atrevida para nuestro medio, si bien tuvo eco fervoroso en el pueblo, las autoridades nacionales no demostraron mayor interés. ¿Pero realmente era viable esa empresa?
Mario Zolezzi Velásquez