El que cambie el DT (la Presidenta Bachelet) a un jugador (ministro) clave en el desempeño de su equipo (Gobierno) en los minutos postreros del partido (de su mandato), podría tener varias explicaciones: Que reciba la ovación de su parcialidad, tal vez evitarle mayor desgaste y reservarlo para el próximo partido (gobierno), sin embargo todo indicaría que no existiría tal posibilidad. Por presiones extra-futbolísticas (política- partidistas); para aumentar los goles a favor (levantar la aprobación en encuestas), sin embargo a la luz de los hechos, el jugador (el ministro) en cuestión, tampoco ha pedido el cambio, no está con molestias, quiere seguir jugando, pero sabe que su permanencia en la cancha (Gobierno) depende del DT (de la Presidenta Bachelet), cualquiera otra idea, especulación, acuerdo al respecto, todos sabemos que forma parte del "secreto de camarín" ("la realidad sin renuncia")…, aunque siempre se sabe que el ayudante técnico (el Segundo Piso) tiene su aporte en las decisiones del DT (la presidenta Bachelet)…, ojo el encuentro (el Gobierno) es sin tiempo de descuento…es ahora o nunca…los asistentes al estadio (todos los chilenos)… están muy atentos a la decisión del DT (la Presidenta Bachelet), mientras tanto el jugador (el ministro) sigue jugando (jugándosela)…
"La desesperación es la materia prima del cambio drástico"
William Burroughs, crítico social, U.S.A. (1914-1997).
Indulto
Respecto del indulto presidencial explicitado en el artículo 32 de la Constitución, sería esencial conocer la posición de los presidenciables en esta delicada materia, fundamentalmente los principios éticos y humanos que tendrían en cuenta para aplicar esta medida de su exclusiva responsabilidad. Saber por ejemplo, si dentro de los indultados consideraría a los ciudadanos que no están en su sano juicio; enfermos terminales; los de la tercera y cuarta edad que evidentemente no representan un peligro para la sociedad y todos los militares condenados por supuestos delitos de lesa humanidad, soldados conscriptos, suboficiales y oficiales subalternos que debieron conforme la ley y reglamento de disciplina vigente, cumplir las órdenes de sus superiores, como también aquellos que fehacientemente, no participaron directamente en los hechos por los cuales fueron condenados. Esta última medida sería una clara oportunidad de demostrar ante el país, que dentro de su espíritu, no está presente el odio ni la sed de venganza.
Jaime Manuel Ojeda Torrent
Luis Enrique Soler Milla