Ayer con una nutrida agenda en Iquique se conmemoró el Día del Patrimonio Cultural de Niñas y Niños, actividad que se realiza de Arica a Punta Arenas por segundo año consecutivo y que busca incorporar a los más pequeños en el rescate de la historia, por ser ellos los llamados, en el futuro a preservar estos sitios que son parte de lo que define a la región.
La actividad es organizada por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) y el Consejo Nacional de la Infancia y a diferencia del Día del Patrimonio Cultural que se realiza en el mes de mayo, en esta conmemoración se busca específicamente realizar actividades dedicadas a los niños y a las familias.
Esta fiesta fue creada recién el año pasado y dado el gran éxito que cosechó, para la presente versión dispuso de un calendario de actividades más amplio y que abarcó a las comunas del interior de la región.
La idea es una sola, promover que los niños puedan acercarse de forma lúdica y diferente a nuestro patrimonio, aplicando para ello estrategias que permitan la utilización de los sentidos y juegos en las aperturas de edificios y sitios patrimoniales; realizando recorridos por los monumentos nacionales, barrios, zonas típicas, como el Paseo Baquedano y santuarios de la naturaleza; además de realizar juegos típicos e incluso talleres de oficios tradicionales, que están en franca desaparición, como se pudo ver en la jornada de ayer.
Para una región como Tarapacá, que cuenta con numerosos sitios de interés patrimonial y una arquitectura histórica, donde destaca, por ejemplo, el legado salitrero, la conmemoración de este día, orientado específicamente a la infancia, viene "como anillo al dedo", pues nada más acertado pensando en el rescate de la historia, que sean los niños quienes desde hoy puedan poner en valor su importancia y por ende, respetarla.
Finalmente, es de esperar que además de esta aproximación lúdica, los menores de la región puedan ver cómo, progresivamente, sean restaurados algunos de los principales íconos del patrimonio, como por ejemplo, la Aduana de Iquique o varios sectores del Paseo Baquedano que lucen el paso de los años.
"nada más acertado pensando en el rescate de la historia, que sean los niños quienes desde hoy puedan poner en valor su importancia".