Todos sabemos de la importancia que tuvo la industria del nitrato de soda para nuestra región y el país. Sin embargo, desconocemos quienes fueron las primeras personas que iniciaron esta minería a muy baja escala durante la primera mitad del siglo diecinueve. También ignoramos los nombres que le pusieron a esos lugares que catearon y luego implantaron allí Paradas de lixiviación del salitre. La historiografía salitrera se ha encargado de darnos información de los más exitosos, aquellos que llegaron a ser verdaderos industriales y, obviamente, los nombres de las grandes Oficinas salitreras. Por cierto, los historiadores del salitre iquiqueños han sido los primeros de ir en rescate de esas primeras iniciativas mineras, como Mario Zolezzi y Senén Durán, solo por nombrar dos de un selecto grupo.
Cuando se inició ese proceso de cateos de las pampas de Tarapacá, los primeros salitreros se encontraron con un problema básico: explicarle al Diputado de Minería de la época (Mariano Mendizábal fue uno de ellos) el lugar donde se encontraba el "criadero de salitre" que habían descubierto. Resulta notable que, en algunas décadas, hacia fines de la década de 1860, cuando se prohibió el cateo libre bajo el Gobierno de José Balta, prácticamente no había una zona de la provincia que no hubiese sido cateada o, al menos, recorrida y, por lo mismo: nombrada. De esa forma, también, fue como surgieron los primeros cantones salitreros: Pampa blanca, Pampa negra, salar de Obispo, Negreiros, Cocina, Zapiga, La Noria, etc.
Debido a lo anterior, es que algunas salitreras se les asoció su nombre al de sus descubridores como Carmen de Morales, Jazpampa de Zavala, Santa Laura de Barra y Riesco (de origen chileno), Rosario de Luza, San José de Luza, Rosario de Alba (a quien el historiador Carlos Donoso lo señala como como el primer exportador "oficial" de salitre de Tarapacá), Candelaria de Zavala y Bilbao, Sacramento de Flores, San Francisco de Zegarra, Yungay de Albarracín, San Lorenzo de Ugarte y Zeballos, Abra de Quiroga, Ascención de Loayza, Ascención de Capetillo, Carmen de Obiedo, Carmen de Scheel, Paccha de Brañes, Chinquiray de Obiedo y Trillo, Chinquiquiray de Zavala, Dolores de Cobo, Santa Laura de Wendell, etc.
También es interesante que los nombres favoritos, debido posiblemente a su origen católico, fueron santos y vírgenes. Algunos que han permanecido hasta nuestros días como puntos geográficos.
Los nombres de los primeros mineros del salitre que prometimos los dejaremos para la próxima columna debido a razones de espacio.
"Algunas salitreras se les asoció su nombre al de sus descubridores"
Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014."