Profesores conquistaron la cumbre del imponente Volcán Isluga
Ocho docentes emprendieron la aventura que implica esfuerzo, compañerismo y espíritu de superación.
Antes de iniciar el ascenso vieron volar sobre sus cabezas a un cóndor, cuya imponente figura le dio una especie de bendición a la extenuante aventura que estaban a punto de comenzar. También una ofrenda al Mallku, el gran espíritu de las montañas, sirvió como gracia para sortear esta aventura única que emprenderían ocho educadores a más de 5 mil metros sobre el nivel del mar.
Tras esos rituales que sirvieron como preámbulo, los docentes -entre los que se contaban dos provenientes de Santiago- comenzaron quizás la caminata más dura de su vida.
Se trata de la expedición de ascenso al Volcán Isluga que tenía como objetivo enseñar técnicas de trekking en complicados terrenos a profesores que desarrollan labores al aire libre.
Quien organizó la actividad fue el profesor Mauricio González, finalista del Global Teacher Prize Chile 2017 gracias a su labor como maestro en el Liceo Técnico Profesional de Colchane.
En el taller participaron los profesores Fabián Bravo y Casandra Valdenegro, quienes vinieron de la capital, además de los educadores de Colchane Aylin Estica, René Cea, Anita Olate y Carolina Moreno. A ellos se sumaron el propio González como guía, además de Jazmín Sánchez, quien cumplió la misma labor.
Esfuerzo y felicidad
La expedición comenzó el ascenso a las 8 de la mañana del 8 de diciembre y los participantes estaban provistos de ropa adecuada para el fuerte viento, alimentos livianos, carpas tipo iglú y agua. Caminaron por horas hasta que les dio las 2 de la tarde, tiempo en que armaron un campamento donde esperaron que la luna se instalara en el cielo.
"Pernoctamos en la montaña a unos 4 mil 800 metros y ahí comimos productos instantáneos que hay que echarle solo agua caliente. El equipo era mínimo por el peso", cuenta el profesor González.
Al día siguiente, a las 7 y media de la mañana, desarmaron el campamento y siguieron subiendo solo con algunos litros de agua y raciones de marcha para lograr el objetivo. Tras una extenuente caminata en pendiente llegaron a las 2 de la tarde la cumbre.
"La felicidad fue impresionante porque los comentarios fueron de emoción y un conjunto de sentimientos que van aflorando porque la subida es muy complicada", manifiesta el líder de esta experiencia.
El profesor expresa además que en medio de la caminata todos los miembros del grupo deben darse ánimo, lo que afianza los valores: "Lo que pasa ahí es muy interesante, porque la poca agua que llevábamos se iba compartiendo".
Así también la experiencia busca el liderazgo, pues la modalidad de ascensión fue tipo bordada donde todos los integrantes en algún momento deben ser la cabeza y tienen que escoger el terreno. "Eso se llama ser líderes de marcha y es una labor bastante cansadora, porque deben llevar la mochila y elegir qué camino seguir", agrega el docente de Colchane.
Legado
La ascensión al Volcán Isluga se realizó por segunda vez y promueve las actividades motrices al aire libre, con el propósito de no dejar rastro, es decir, siempre respetando los senderos demarcados y disminuyendo al máximo el impacto de la presencia humana en el lugar, con la finalidad de mantener prístino el paisaje.
Mauricio González, de 58 años, planea realizar en el futuro una actividad como esta. Sin embargo, manifiesta que está cada vez más viejo, por eso quiso enseñarle técnicas de ascenso a otros profesores que quisieran enseñar al aire libre.
"A mí me costó una barbaridad llegar a la cumbre, de hecho fui el último. Por eso quería enseñar esto a mis colegas más jóvenes para que continúen con estas actividades", cuenta González.
No obstante, dice que no colgará los bototos y que por ahora está cansado, pero el próximo año estará tratando de llegar a la cima del Volcán Isluga nuevamente.
"La felicidad (al llegar a la cumbre) fue impresionante porque los comentarios fueron de emoción y un conjunto de sentimientos que van aflorando".
Mauricio González,, líder de expedición."