La figura del Papa en la Iglesia
Según la Tradición de la Iglesia, el llamado "Ministerio de Pedro", conferido por el mismo Jesús al apóstol Pedro, se perpetúa en el Romano Pontífice, el Papa, transmitiéndose de generación en generación, para asegurar la sucesión apostólica, por medio del signo de la imposición de las manos.
El Romano Pontífice, en cuanto sucesor de Pedro, es el vicario de Cristo en la tierra, la cabeza visible de la Iglesia, principio y fundamento para la unidad de todos los miembros de la Iglesia Católica, que se expresa en la legítima diversidad de comunidades y carismas. Al Papa, obispo de Roma, le corresponde confirmar en la fe a todos sus hermanos y hermanas, es decir, a todos los católicos y, para ellos, cuenta con la promesa de la asistencia permanente del Espíritu Santo.
Gracias a esta asistencia goza del don de la infalibilidad cuando, en virtud de su ministerio como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles, o hablando ex cátedra, establece la auténtica doctrina en cuestiones de fe y costumbres.
Las visitas apostólicas del Papa tienen por objetivo el confirmar en la fe que profesa la Iglesia Católica Universal a los miembros de la Iglesia Particular que visita, en este caso nuestra Iglesia en Chile, y promover la unidad de todos los cristianos, para que, viendo como nos amamos, el mundo crea que somos uno en Cristo Jesús (Jn 17,21).