Pampino construye embarcaciones a escala
Oswaldo Oliva trabaja la madera desde niño y su obra es la terapia que lo mantiene vivo.
Desde niño se dedicó a los trabajos manuales y a sus 89 años construye embarcaciones a escala. Ese es el hobbie de Oswaldo Olivares, quien dice que "es una terapia y es el trabajo que me mantiene vivo".
Recuerda que en su infancia elaboraba sus propios juguetes y los de sus seis hermanos, se la pasaba encerrado en su cuarto trabajando la madera.
Una de las anécdotas que lo hace reír fue cuando construyó un pequeño circo, con todas sus piezas en miniatura y un niño del vecindario le pedía que se lo vendiera, fue tanta la insistencia que lo convenció y le entregó el juguete desarmado en una caja de zapatos.
Luego los padres del niño fueron a reclamar que a su hijo lo habían estafado, porque no sabía cómo armar las piezas, a lo que el papá de Oswaldo respondió: "El niño insistió tanto que mi hijo se lo vendió, pero si no lo sabe armar eso es problema de él".
Experiencia
Oswaldo Olivares se graduó como mecánico, tornero, especialista en máquinas y herramientas, egresado de la Escuela Industrial, que ahora es la Universidad de Antofagasta.
Cumplió el servicio militar en 1946 y al año siguiente se vino a Iquique a trabajar en la salitrera Humberstone, por eso se considera pampino.
Posteriormente trabajó 25 años como tornero en la Maestranza General y 14 años en la industria pesquera. Se jubiló en 1980.
No conforme con sus estudios, este hombre hizo un curso de mecánica diesel por correspondencia y desde Argentina le enviaron su certificado de aprobación, lo que le abrió las puertas de las empresas pesqueras en Iquique.
Familia
Oswaldo es padre de cinco hijos, uno de ellos murió y su esposa lo dejó viudo, después de 54 años de feliz matrimonio. Sin embargo, se siente feliz de tener nietos, bisnietos y hasta tataranietos.
Ahora vive con una de sus hijas, al sur de Iquique, y su yerno es el que le propuso vender los barcos. Fue así como hace una semana expuso sus obras en una feria de la Plaza Prat, donde le encargaron una réplica del buque "La Esmeralda".
"Esto es un don que Dios me dio, porque nadie me enseñó. Desde niño yo fui bueno para las cosas manuales y hasta para dibujar", indicó el pampino.
En su casa tiene dos barcos que fabricó hace 38 años, y que forman parte de su colección personal.
Creatividad
Su inspiración está en el mar, desde el balcón de su departamento observa la costa con unos binoculares. También tiene revistas de barcos y su yerno le busca modelos de embarcaciones por internet.
Sus madera favorita para trabajar es el raulí y el lingue, porque no tienen betas y son fáciles de moldear.
Mientras que sus herramientas son de fabricación propia. Comenta que hizo un torno de madera, porque no tenía fierro.
Oswaldo Olivares era amigo del arquitecto que diseñó el restaurante del galeón abandonado en la playa de Antofagasta, el cual fue quemado años después, y con la ayuda de los planos de la embarcación construyó la réplica.
Confiesa que quería ser entrevistado para dar a conocer su obra, porque sabe que algún día va a dormir y no despertará, pero sus barcos quedarán para la historia.
"Esto es un don que Dios me dio, porque nadie me enseñó. Desde niño yo fui bueno para las cosas manuales".
Oswaldo Olivares,, artista de la madera."