Fue inesperado, pero finalmente se convirtió en una realidad. Tras varios meses de reuniones, preparativos y coordinaciones, Tarapacá tuvo el privilegio de recibir al Papa Francisco.

No fue una visita más, sino que la de una de las personalidades más importantes del mundo y que lleva sobre sus hombros la compleja misión de encabezar el Estado Vaticano y liderar a toda la Iglesia Católica. Solo esos antecedentes, entre muchos otros, hicieron que ayer Iquique viviera un día especial y que ocupará un sitio privilegiado de la historia regional.

Fueron tres días, tres ciudades y mensajes claramente dirigidos al mundo católico, pero también a la sociedad en general.

El Sumo Pontífice habló del compromiso que hoy deben asumir los jóvenes, de los desafíos de la educación, de la importancia de la reinserción social y sobre la necesidad de acoger e incluir a los migrantes. Temas que han generado un extenso debate nacional y que seguramente permanecerán en discusión por un buen tiempo más. No obstante, la relevancia que el Papa le entregó a cada uno de ellos nos permite conocer una perspectiva que facilita la búsqueda de consensos.

En lo masivo, es evidente que la convocatoria de los actos no cumplió las expectativas de los organizadores, sin embargo, también es importante destacar que la visita de Francisco se desarrolló en completa calma, lo que da cuenta de un país que puede dialogar y trabajar en busca del bien común.

En lo particular, Tarapacá estuvo a la altura y cumplió sin problemas la difícil tarea de organizar la visita de un líder mundial. La ciudad lució bien y el Santo Padre recibió el afecto de los fieles desde el primer momento en que arribó a la región hasta que el vuelo abandonó la pista del aeropuerto Diego Aracena.

El despliegue y la coordinación policial, de los organismos de emergencia, el trabajo municipal y de gobierno, la colaboración de la Universidad Arturo Prat, entre otros organismos públicos y privados, dio fructíferos resultados.

Ahora la región tiene el gran desafío de asumir el llamado de Francisco y trabajar para construir un Tarapacá más inclusivo y que no haga distinción entre el origen de sus habitantes.

"Ahora la región tiene el gran desafío de asumir el llamado de Francisco y trabajar para construir un Tarapacá más inclusivo ".

Si bien existió una baja asistencia a la misa del Papa en Lobito, todo indica que hubo varios factores: el sector era muy retirado, existían muchas condiciones y durante los últimos días hubo menos ingresos a la región que en 2017.

Un siete

Trabajaron largos días y mostraron un gran compromiso. La verdad que antes, durante y después de la visita del Papa, la labor que desarrolló Carabineros es digna de destacar. Movilizaron gran contingente y la ciudad se sentía más segura. Ojalá muchos se pudieran quedar...

Que sigan los arreglos

Quedó bien linda la ciudad con los arreglos realizados por la visita del Papa. Ojalá que el impulso y las ganas por mostrar la mejor cara de Iquique continúe durante todo el verano y, por qué no, que se extienda hasta diciembre. Todos disfrutamos una ciudad bien cuidada.

Huantajaya se encuentra a menos de 10 kilómetros de Iquique y hoy sus ruinas están muy próximas al radio urbano de Alto Hospicio. ¿Qué fue Huantajaya? ¿Cuál es su Historia? Se trata de uno de los asentamientos mineros más importantes de la Colonia durante el virreinato del Perú. Este rico cerro de plata ya era conocido por el Imperio Inca, hoy se sabe que se trataba de la mítica mina del Sol, que tanto buscó el cronista Pedro Pizarro.

El poblado de San Agustín de Huantajaya y los socavones de donde extrajeron la plata de sus cerros, son antecedentes de un territorio que escribió el capítulo más significativo de la presencia española en nuestra región. La relevancia de Huantajaya se hunde en el largo periodo del virreinato del Perú, a partir de la encomienda de Lucas Martínez Vegazo a mediados del siglo XVI. Incluso, con el casual descubrimiento de un capacocha (sacrificio de dos mujeres incas) en el cerro Esmeralda (Huantaca) en 1976, la antigüedad de Huantajaya podría, al menos, ser de un siglo antes, porque dicho sacrificio estaría relacionado con esa mina de plata.

San Agustín de Huantajaya perteneció primero al Corregimiento de Arica y después al Partido de Tarapacá, a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. Los mineros de Huantajaya registraban su producción de plata en la Caja Real de Carangas (Oruro) y en la Caja Real de Arica (en Tacna). Sin embargo, la vinculación más estrecha la tuvieron con Potosí más que con Lima.

La Historia de uno de los asentamientos mineros más importantes de la Colonia no se encuentra en los textos escolares de Chile, tampoco la historiografía nacional se ha preocupado lo suficiente, con excepción de los historiadores Óscar Bermúdez y Sergio Villalobos, por lo tanto, las nuevas generaciones de investigadores tienen un desafío por delante. Investigadores extranjeros como Efraín Trelles, Carlos Sempat, Tristán Platt, María Concepción Gavira, entre otros, han realizado importantes contribuciones. A nivel regional, cabe destacar a Horacio Larraín. Actualmente, algunas "papas" de plata de Huantajaya son exhibidas en importantes museos europeos, como en Inglaterra, pero en Iquique o en Huantajaya aún no tenemos una sala de exhibición museográfica de tantos vestigios que aún existen en ese lugar que, por lo mismo, necesita urgentemente ser protegido. Y, por qué no, construir un Museo in situ, que sería un gran atractivo turístico.

"Un Museo in situ, que sería un gran atractivo".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014"