Mamiña preserva el carnaval "más largo" del interior
Pese a que este año no tienen alférez, las familias se organizaron para mantener esta tradición.
Agradecer a la tierra, por las cosechas, las lluvias y por todo en general, en medio de un ambiente de alegría donde se olvidan las reglas sociales y donde "todo puede pasar", son parte de las bases en las que se asientan los carnavales en los distintos pueblos del interior de la región.
Estas tradiciones propias de la cultura aymara, que se juntan y se mezclan con las de los colonizadores y con los distintos asentamientos urbanos, como el de los salitreros que influyeron en los pisos ecológicos más bajos como es el caso de Mamiña, dan a febrero el momento para celebrar en comunidad.
Y aunque el sociólogo Bernardo Guerrero explica que tanto los carnavales urbanos (barriales) como los de los pueblos duran en promedio siete días (siempre 40 días antes de Semana Santa), los habitantes de Mamiña aseguran que el suyo es uno de los más extensos de la región al sumar ocho días.
"Es el único pueblo que tiene un carnaval tan largo. Nosotros como estamos en un piso ecológico más bajo, y llega más gente a celebrar con nosotros. Los otros carnavales en general duran cuatro días en pueblos de la cordillera como Isluga o Cariquima", cuenta Natalia Cautín.
En Mamiña, la tradición -según explica Natalia- es que hay dos bandos, "Los Verdes" y "Los Progreso", que compiten por celebrar el carnaval de la mejor forma posible y por ello se preparan durante el año con actividades que generen recursos para poder pasar una buena fiesta y tener la mejor banda.
El alferazgo
Este año, en dicho pueblo, el tema del alferazgo será diferente. Normalmente, una persona es la que asume la organización y el costo de la fiesta, sin embargo, en vista que nadie quiso asumir este compromiso, la fiesta estará a cargo de un comité encabezado por Felidor Cautín.
"Este año, en el caso de 'Los verdes', nos juntamos y formamos una directiva. Como no había alférez para organizar, este año el carnaval lo pasan todos los verdistas porque todos están haciendo un aporte", contó la tesorera de la directiva, Benigna Cautín.
El tema de "tomar el carnaval" o hacerse cargo, tiene relación con agradecer por lo que la Pachamama les entregó.
"En los carnavales hay un 'Martes de Challa', donde se hace una mesita pidiendo por lo que se necesita, se pone una figura de un camioncito, una casita, dulces, siempre cosas dulces, serpentina y junto con su comida. Y así como tu pides y si te cumplen, con fe tomas la fiesta porque me fue bien", señala Natalia quien agrega que es muy similar a lo que ocurre con la tradición de las fiestas patronales en las cuales por fe se asume su organización.
Este 2018, el alferazgo en los grupos de "Los verdes" y de "Los Progreso" se resolvió a través de un comité.
"Nosotros nos juntamos, los bandos de la misma manera. Este año, la idea es que no se pierda esta tradición de los carnavales porque es parte de la cultura nuestra. Este año no tuvimos alferazgo y por eso esta fiesta es diferente pero igual la haremos", dice Benigna.
Lo que perdura
Entre las tradiciones que se mantienen en el carnaval está la banda de bronce, el baile del Cachimbo y la cueca nortina, además de los juegos con harina, la degustación del picante de conejo y el entierro del carnaval.
"Nosotros este año empezamos el 10 de febrero y hasta el 13, luego retomamos el 17 hasta el 20", anunció Benigna.
Para estos días se espera la llegada de turistas y familiares, calculando que unas 600 personas arriben a la localidad para vivir aquella fiesta donde todo está permitido.
"Esos días la gente no va mucho a la iglesia, porque, como decían los españoles, en los carnavales está metido el diablo, las tentaciones y donde todo puede pasar", sostiene risueña la mamiñana.
El Carnaval
En cuanto a la programación, las primeras tres noches se desarrolla la fiesta con música de distintas bandas.
El cuarto día se desarrolla la challa, en este caso caerá el martes 13, momento en que la gente saldrá a celebrar la "gran amanecida".
"La gran amanecida es cuando, en cada local de celebración, después de las tres de la mañana, salen los hombres disfrazados de mujeres y hacen su espectáculo animando a la gente y se juega con harina", cuenta Natalia Cautín.
Es ese mismo martes, pero en la noche, que se reparte por primera vez el picante de conejo como una forma de agradecimiento. El carnaval se retoma el 17, y el domingo 18 de febrero, cada agrupación repartirá nuevamente esta comida.
El lunes 19 será el entierro del carnaval, para lo cual los grupos se preparan para pasear por la plaza con la viuda, algo muy similar a lo que ocurre con los carnavales de barrio. Tras ello irán al cerro para el entierro.
"Uno va al cerro, se da picante de conejo y se agradece a la Pachamama y le echamos un poquito de picante de conejo a la tierra para que nos vaya bien en este nuevo año. Al día siguiente se ve el tema del alférez para el otro año, y él invita a comer a todos antes de empezar su trabajo de preparación", finaliza, por su parte, Benigna Cautín.
"En los carnavales hay una 'Martes de Challa' donde se hace una mesita pidiendo lo que se necesita"
Natalia Cautin, pobladora quien explica sobre las costumbres de la fiesta."
"Se agradece a la Pachamama y le echamos un poquito de picante de conejo a la tierra para que nos vaya bien este nuevo año"
Benigna Cautín, tesorera del comité que este año organiza el carnaval en Mamiña."