Karina Sánchez
Quipisca es una comunidad de origen quechua, cuyo significado es "lugar de carga". Se ubica a 1.885 metros sobre el nivel del mar, a 53 kilómetros de Pozo Almonte y a 107 kilómetros de Iquique.
Es un pueblo situado en una fértil quebrada de la precordillera de la región de Tarapacá. Se enmarca en una postal de cielos limpios, microclima singular y rico patrimonio arqueológico.
El poblado es reconocido por su amplia gama de hortalizas y árboles frutales, entre los que destacan el membrillo y las granadas.
Para llegar al lugar se recomienda ir en vehículo 4x4, debido a que un tramo de la vía es de tierra y piedras.
Saliendo de Iquique se toma la autopista hacia Humberstone, al final se cruza a la derecha para seguir por la Panamericana norte, al pasar la Copec de Pozo Almonte se cruza a la izquierda para continuar por la ruta A-687.
En la rotonda se toma la tercera salida en dirección a la A-65 y al final se gira a la izquierda para subir por la A-627 y un kilómetro después de pasar la zigzagueante carretera se cruza a la izquierda, por un camino de tierra, hasta llegar a Quipisca.
Turismo
Wilfredo Bacián Delgado, presidente de la Comunidad Indígena Quechua de Quipisca, señala que el poblado viven unas seis familias y la meta a largo plazo es repoblar la comunidad.
"Tenemos dos cabañas para hospedar a los turistas y la sede comunitaria, equipada con cocina, comedores y gastronomía local", precisó Bacián.
El dirigente comunitario destacó el patrimonio arqueológico de la localidad, representado por los geoglifos de Cerro Negro y los petroglifos de Taypimarka Alto, entre otros.
No es de extrañar el reciente hallazgo de un tramo del Camino del Inca, que corre de norte a sur por la Pampa del Tamarugal, pasando a los pies de la quebrada.
Gastronomía
El picante de conejo y el puchero, son los platos típicos de la zona. "El puchero es una especie de cazuela, que lleva papa, zapallo, chuño, mote, hojas de coles y un trozo de carne, de llama o cordero", explica Bacián.
Un menú para los visitantes tiene un valor de 5 mil pesos y se acompaña con jugos naturales de la zona, como el membrillo, que es el producto frutícola más destacado.
Asimismo, las artesanías complementan la oferta turística, con tejidos, pinturas y tallados en piedra.