Investigadores intentan la repoblación de peces escasos en Iquique
El objetivo es aumentar el número de especies nativas como el mulato y apañado.
Los investigadores de la Facultad de Recursos Naturales Renovables de la Universidad Arturo Prat, Germán Bueno y Juan Pablo Díaz, iniciaron un proyecto en la playa Pozo Toyo que busca el repoblamiento de peces que escasean en Iquique, como el mulato y apañado. Dicen que es el primer trabajo en Chile con peces de roca en que se desarrollará el ciclo completo desde la reproducción hasta la siembra de las especies en arrecifes.
La iniciativa consiste, en parte, en la obtención de huevos fertilizados de mulatos o apañados de manera espontánea o por medio de la inducción de hormonas, los cuales posteriormente deben someterse a un sistema de crecimiento, en donde se alimentarán de microcrustáceos que entregan la mejor nutrición a los peces recién nacidos.
"La idea es lograr un repoblamiento de los peces hasta que alcancen una talla comercial y puedan ser capturados por los pescadores. Estos peces de roca son exquisitos y tienen un valor comercial muy alto. Sin embargo, en estos momentos hay muy pocos (en Iquique)", dijo Bueno, ingeniero en acuicultura y Doctor en Nutrición de Peces, quien no descarta la inclusión de otra especie escasa en su proyecto: la cabrilla.
Agregó que este desafío incluye un financiamiento de $149 millones de Conicyt y el apoyo del científico japonés Masatoshi Futagawa.
Dificultades
Luego de la construcción de las piscinas donde las especies comenzarán su reproducción y crecimiento, el desafío actual es la captura de mulatos y apañados que funcionen como reproductores.
Sin embargo, esta tarea no ha sido fácil por la nula presencia de estos peces. "Se necesitan 30 reproductores para cada ejemplar", precisó el ingeniero pesquero, Juan Pablo Díaz.
Otro problema presente es la delicadeza del pez apañado. "Cuando lo capturas se estresa y enferma, entonces hay que llevarlo como a la UTI para que se restablezca y pueda reproducirse. Si se complica (su intervención), optaríamos por la cabrilla", agregó Díaz.
El último "dolor de cabeza" para los investigadores fue el reclamo de pescadores que creen que existe una descarga de agua con excrementos y restos de alimentos de los peces de su investigación hacia la orilla de Pozo Toyo. Bueno y Díaz explicaron que lo descargado "no contamina. Es agua inocua". Sin embargo, deberán pagar una multa de $120 mil por comenzar su proyecto sin el permiso de usar la playa.