Día de la mujer: más allá de un saludo
En todo el mundo se conmemoró ayer el Día Internacional de la Mujer, una jornada donde se entrega un justo reconocimiento a la inconmensurable labor que desarrolla el género femenino en cada área del quehacer humano.
Se trata de una fecha instaurada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y que se relaciona con el fatídico 8 de marzo de 1857, día en que una manifestación de mujeres pertenecientes a una fábrica textil de Nueva York, en la que protestaban por los bajos sueldos y su enorme diferencia con la renta de los hombres, fue violentamente reprimida y terminó con 120 fallecidas.
Desde ese terrible episodio la mujer ha logrado abrirse camino y los avances en distintas áreas son evidentes, sin embargo aún queda bastante por recorrer para alcanzar la ansiada equidad de género y disminuir las brechas, sobre todo en el ámbito laboral.
Mientras en tres décadas la participación de las mujeres en el trabajo creció cerca de 10 puntos porcentuales, la brecha salarial entre hombres y mujeres que desempeñan las mismas funciones aún bordea el 30% en el país.
En el plano regional la situación no es distinta y algunos indicadores del Instituto Nacional de Estadísticas siguen evidenciado diferencias. Por ejemplo, la tasa de participación laboral femenina en Tarapacá durante 2017 alcanzó el 52,9% mientras que la de los hombres fue de 75,3%, lo que se traduce en una diferencia que supera los 22 puntos. A todas luces un desequilibrio que debe ser corregido.
Si bien es posible seguir analizando cifras, lo importante es que el camino a la igualdad no se detenga y que los discursos que proliferaron ayer no solo se queden en las buenas intenciones, sino que se materialicen.
El Estado tiene la obligación de trabajar para mejorar las condiciones en que se desarrollan las mujeres, garantizar igualdad de oportunidades sin importar el género, tanto en el ámbito educacional, laboral, salarial, político, etc.
A diario y en cada rincón del país, las mujeres dan muestras de su fortaleza y su tremendo aporte al desarrollo de la sociedad, tareas que suman a sus complejos roles familiares como madres, esposas, hermanas o hijas. Merecen, entonces, todo el respeto.
"Garantizar igualdad de oportunidades sin importar el género, tanto en el ámbito educacional, laboral, salarial, político, etc.".