Alamgir Butt: una vida de pasión por los automóviles y los viajes
Se autodenomina un hombre moderno y revela por qué los pakistaníes adoran el mercado de las tuercas.
Llegó desde Pakistán, uno de los países más poblados del mundo, hasta un rincón de Sudamérica con un propósito impuesto: hacerse cargo del trabajo familiar instalándose en Iquique, donde vende autos desde 2009. De esa forma, Alamgir Butt dejó su cultura, sus tradiciones y su profesión de médico farmacéutico para cumplir con el negocio característico de los pakistaníes.
Sus ancestros fundaron en 1947 la primera empresa de transporte del país hacia India, según contó, y desde ese entonces han estado todos los integrantes de su familia dedicados a las tuercas. "Prácticamente es costumbre de nosotros que las familias, las cosas te manejen, pero no es malo para nosotros, no tenemos reclamos en contra de eso, estoy contento porque gano más que un médico farmacéutico, entonces al final es bueno", dice Alam terminando con el "poh" que evidencian sus años en Chile.
El amplio gusto que tienen los chilenos por adquirir vehículos asegura que le permite traer modelos para la clase media, como también más lujosos. De esa forma, con su empresa "Lakhani Motors", tiene la ventaja de que "aquí no piden nada en particular, se puede traer variedad de cosas porque Bolivia quiere sólo Toyota y dos o tres modelos más, pero los chilenos cuando les gusta algo de Internet o televisión las busca, entonces tenemos la opción de traer más variedad y más opción de ganar también", aseguró.
Alam dice que como los chinos tienen su mercado de la electrónica, el pakistaní está casado con el rubro de los autos, y para él metafóricamente es como un casino, porque "cuando ganas, ganas demasiado bien y uno que está acostumbrado al negocio del auto no puedo tener un local en Mall Zofri juntando dos lucas o cuatro mil pesos, porque aquí yo vendo un auto antiguo, con detalles y me pagan un millón de pesos", por lo que no pretende abandonar este trabajo que le deja buenos dividendos.
Familia
Este pakistaní de 35 años un año antes de emigrar celebró su casamiento, puesto que "normalmente hay gente que nunca regresa a su país, entonces mi mamá tenía miedo de eso y me dijo que si me quería ir tenía que casarme primero", cuenta Alam, y luego de eso se vino junto a su esposa.
Hoy tiene un hijo de 8 años y una de 5 que son 100% chilenos, y tras preguntarle cómo era su crianza, se autodenominó como un tipo más moderno. "Aquí tenemos dos colegios pakistaní pero mis hijos están estudiando en colegios para chilenos porque no quiero quedar dentro de una burbuja. Estoy afuera, mis hijos nacieron aquí, son chilenos y se tienen que adaptar aquí también, no tiene nada de complicado", manifiesta.
Pasión
Su deseo era ser médico pero falló. Sin embargo, otro gran anhelo no lo ha postergado. El turismo es algo que ha logrado concretar viajando, por ejemplo, al interior de Tarapacá. Fue hace un tiempo que leyó por este medio que estaba nevando, algo que en su país acostumbraba a apreciar, así es que no lo dudó y junto a su esposa viajó por cuatro horas para lograr ver el hielo.
Los próximos viajes junto a su familia serán a Machu Picchu y en septiembre pretende llegar hasta Isla de Pascua, lugar que lo enamoró de Chile sólo con verlo por Internet. "En Pakistán no sabía qué era Chile ni dónde estaba, nosotros conocemos Brasil por el fútbol, Argentina por hockey, Perú no tenía idea y Chile no sé entonces la primera cosa que veo, Isla de Pascua". Hace nueve años que sigue latente ese deseo que cumplirá definitivamente este año.
"Mis hijos están estudiando en colegios para chilenos porque no quiero quedar dentro de una burbuja".
Alamgir Butt, Gerente de ventas de Lakhani Motors Ltda."