EDITORIAL
Alimentación saludable
A dos años de la implementación de la Ley de Etiquetado de Alimentos, la municipalidad de Iquique decidió generar una ordenanza que prohibirá que en un radio de 100 metros de los establecimientos educacionales se comercialicen productos que no sean saludables.
La decisión está amparada en las altas cifras de niños en condición de sobrepeso y obesidad, según los datos entregados recientemente por la seremi de Salud y busca reforzar las acciones de la normativa, que impedía la venta de estos alimentos al interior de los colegios.
La ordenanza también surge a pocos días (27 de junio) de que comience a operar la segunda fase de la ley, donde se generan nuevas exigencias para el etiquetado de los productos, con estándares más altos a las empresas que no desean tener sellos en sus envases.
En términos concretos, los actuales productos de consumo frecuente que no utilizan sellos deberán incluirlos, a menos que cambien los ingredientes que contienen.
Si bien la normativa tuvo el rechazo de los empresarios en un principio, con el correr del tiempo significó un incentivo debido a que los clientes comenzaron a preferir los productos sin sellos y que se permitía su venta al interior de los colegios.
Sin embargo, en el caso de los pequeños comerciantes los efectos son más complejos. El vendedor del carrito o el kiosco instalado frente a un colegio, no tendrá el presupuesto para adecuarse tan fácilmente, por lo que es necesario que se generen apoyos de parte de la autoridad, con capacitaciones y asesorías que permitan adecuar su oferta y que siga siendo atractiva para los estudiantes.
No se trata de satanizar la comercialización de estos productos, ya que si bien se debe regular su venta con información clara, el prohibir su venta no tiene mayor impacto si al final las familias no hacen un cambio hacia una alimentación más saludable. Aún muchos padres siguen enviando productos altos en calorías, azúcares y sodio a sus hijos, quienes se niegan a probar las alternativas más sanas.
No es un cambio que se pueda hacer de la noche a la mañana, pero se debe apuntar a mejorar en el tiempo, ya que es la única forma de que las futuras generaciones puedan tener una mejor salud.
"Aún muchos padres siguen enviando productos altos en calorías, azúcares y sodio a sus hijos".