Pedro Villar dejó los rings de box e incursionó en la venta de jugos
Colgó los guantes para dedicarse a los estudios y lleva 20 años a cargo de su local en el Terminal Agropecuario.
Pedro Villar al presentarse reconoce con orgullo ser iquiqueño neto, nacido y criado en el barrio El Matadero, en el seno de una familia con padres que toda la vida se dedicaron a trabajar, un camino que él también recorre ya que a pesar de tener 66 años y estar jubilado, sigue al pie del cañón, al mando de su negocio de jugos.
"Flamingo" es el nombre del primer local que se instaló para vender bebestibles naturales en el Terminal Agropecuario y le pertenece a Villar. Bajo esa cálida y alegre recepción que tiene para cada uno de sus clientes, se esconde una historia ligada al deporte emblema de Iquique.
Durante su juventud, Villar se dedicó al boxeo, se subió al ring durante ocho años, pasión que le trajo alegrías y triunfos.
Una de las peleas que recuerda con mucho orgullo fue nada menos que junto a Eduardo "Maravilla" Prieto, reconocido púgil local que le entregó una de las experiencias más inolvidables para el locatario, a pesar de que en esa disputa no salió victorioso.
Prioridades
Casi una década se entregó a esta disciplina deportiva bajo el entrenamiento de Abraham Godoy, pero hubo un momento en que tuvo que colgar los guantes y tomar otro rumbo.
Su prioridad en ese entonces fue estudiar Contabilidad en el Instituto Comercial y luego de eso no salió del mundo de los negocios.
"Dejé el boxeo porque creo que todo tiene su tiempo, uno con la edad va dejando ciertos deportes que son complicados y que se les tiene que dedicar mucho tiempo", contó el dueño de Flamingo.
Sin embargo, sus ganas de seguir entrenando no se saciaban y optó por jugar fútbol, participando así en los Viejos Cracks y en el equipo de su barrio El Matadero.
El local de jugos que dirige es también un gran orgullo para el ex boxeador y es el fiel reflejo de que es bueno para los negocios, porque ya han pasado 20 años desde que se instaló en el Terminal Agropecuario junto a su esposa con quien, afirmó, hacen un buen complemento ya que ella prepara exquisitos jugos de frutas y verduras, y él está encargado de atender a los clientes, que es lo que más le gusta.
Con la jubilación, uno de los gustos que se ha dado es levantarse tarde ya que recibe la ayuda de una de sus hijos quien de lunes a viernes llega temprano para abrir el local y luego se integra él.
El ex boxeador lleva 42 años de casado y admitió que la rutina para atender su local lo hace trabajólico, pero también se las ingenia cada mes para salir una semana de vacaciones con su esposa con quien viaja a Tacna (Perú).
Revivir el boxeo
Mientras atendía a la clientela y narraba sus historias, Villar recordó que la época en la que compitió como boxeador fue de mucho auge para el deporte pero también dificultosa por la cantidad de contrincantes y peleas a nivel nacional, algo que espera que vuelva a suceder con las nuevas generaciones ya que anhela que Iquique siga siendo Tierra de Campeones.
"Dejé el boxeo porque creo que todo tiene su tiempo, uno con la edad va dejando ciertos deportes que son complicados".
Pedro Villar, ex boxeador y dueñp de "Flamingo""