Cultura de altas expectativas
El último informe de matrícula en Educación Superior de SIES, indica que las universidades del Estado registraron un incremento de 4,3% mientras las pertenecientes al Cruch, de carácter privado, también crecen en un 2.3% respecto del año 2017. Situación distinta se observa en la matricula de los Institutos Profesionales y los Centros de Formación Técnica donde se registra un decrecimiento de 0,3% y 0,2% respectivamente. Estas cifras reflejan los primeros resultados de las políticas públicas en educación aplicadas desde una ley que en su inicio no se preocupó de promover la enseñanza técnico profesional y luego le impuso una carga ajustada a estándares que no consideran el perfil de ingreso del alumno y la realidad de las instituciones, no haciéndose cargo de la falta de más de 700.000 técnicos en Chile (Sofofa 2018).
Con preocupación observamos que en Chile aún no comprendemos los cambios radicales que la sociedad mundial está viviendo en materia de desarrollo tecnológico, la abrupta disminución del recurso humano en los procesos productivos y las transformaciones sociales, pero peor aún, es que seguimos construyendo un pensamiento lineal creyendo que las carreras de hoy tendrán campo laboral en el futuro próximo. De esta manera la cultura de altas expectativas es real para los IP y CFT, que, con carreras cortas, programas flexibles y ajustados a los requerimientos de la industria, se convierten en un camino concreto para jóvenes y quienes son trabajadores con visión y proyección.
El análisis compartido por Juan Pablo Guzmán, presidente de Vertebral, Asociación Gremial de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica Acreditados, asegura que "la formación técnico-profesional es base para potenciar la competitividad y el desarrollo social del país". Es por ello, que el desafío implica desarrollar profesionales con competencias de empleabilidad no tan sólo en lo disciplinar, sino también capaz de ajustarse a este mundo cambiante que requiere de personas con mente abierta a desarrollar nuevas áreas dentro de su campo laboral y entender la productividad y competitividad con un sentido de progreso y futuro.
"El desafío implica desarrollar profesionales con competencias de empleabilidad".
Sandra Gallegos Osorio,, directora académica del IP/CFT Santo Tomás"