Hace algunos días asistimos a una actividad organizada por este medio de comunicación regional, la cual tenía por objetivo destacar a "Jóvenes líderes de Tarapacá", iniciativa que no sólo hay que aplaudir, sino que replicar. La capacidad de tratar con gente, ser ejemplo y que sigan tus ideales y objetivos, es tanto o más importante que las mismas capacidades técnicas que se tengan en cada área o rama. Hoy, por la capacidad de liderazgo, se "paga" y se valora en las empresas o instituciones y, en algunos sectores, hasta se echa de menos, como en la política. Así, la capacidad de liderazgo, en la actualidad, es una virtud respetada y admirada, aunque también se encuentra sutilmente devaluada.
Esto ha sido un proceso evolutivo y en desarrollo, pues lo que ayer era considerado un buen liderazgo, hoy quizás sería cuestionable. La palabra "líder" no es sinónimo de "jefe". Estos últimos tienen subordinados, dependientes o funcionarios, mientras que los primeros tienen colaboradores, voluntarios y seguidores de objetivos, los que se pueden transformar, si el líder hace un buen trabajo, en nuevos líderes.
Este tema cobra especial importancia, si consideramos la indiscutible "crisis de liderazgos" que se aprecia no sólo en nuestra región y país, sino que en el mundo entero. Y esto no tiene sólo que ver con los liderazgos políticos, o con una "estática" dinámica política que ya lleva más de 45 años polarizada entre izquierda o derecha, o en una búsqueda ciega de alternancia en el poder, sino con algo más profundo.
Hoy cuesta mucho que la gente "crea" en los líderes y esto, entre otros aspectos, se debe al uso y abuso de las redes, sobre todo las sociales. Todo se sabe o "se inventa". Mucha gente no sabe que algunos líderes antiguos tenían muchos "secretos", como el caso del presidente E. Roosevelt, que gobernó exitosamente tres periodos en EE.UU. y ni siquiera podía caminar. La apariencia de transparencia y blancura se ha vuelto en algo fundamental en la construcción de los liderazgos. Esto no consiste sólo en ciertas asignaciones de cargos, o en investir o dar el tratamiento a alguien de "director" o "gerente", el liderazgo se gana, se cultiva, entusiasma y modela equipos de trabajo en objetivos claros. Sin embargo, tiene una gran misión, que es la de legitimarse ante moros y cristianos.
"Hoy cuesta mucho que la gente "crea" en los líderes y esto, entre otros aspectos, se debe al uso y abuso de las redes".
Marcos Gómez,, gerente Asociación de Industriales de Iquique."