La región de Tarapacá, ha sido fuente de trabajo y auge económico cíclico a través de los años; tales como el salitre, el guano, la pesca, zona franca y la minería. Muchos de estos ciclos están vinculados a la extracción de recursos naturales, que muchas veces han sido sobreexplotados como es el caso de la pesca. La falta de sustentabilidad en los procesos productivos de extracción fueron detonantes en la viabilidad de estos ciclos económicos.
La miope visión de nuestras autoridades ha provocado la sobreexplotación de la anchoveta, de la extracción de algas (vivas), de la contaminación permanente del mar por medio de vertimientos de carbón, muchos son los antecedentes, videos de testigos presenciales y con ello un daño permanente al medio ambiente, que afectan a las caletas cercanas y contaminan a los seres vivos (peces, mariscos y moluscos) que finalmente nos alimentan.
Los iquiqueños recordamos nuestros paseos de camping a las playas y el hecho de que se decidía cual iba a ser el menú de almuerzo para ir a la captura de pescados, mariscos o moluscos "a la carta", hoy en día prácticamente no hay nada que pescar o mariscar.
En cuanto a zona franca, la cual está en manos de un directorio sin arraigo en la zona, emplazado en Santiago, tomando decisiones desde la comodidad de un escritorio. Herramienta de desarrollo regional por esencia y que hoy se ha transformado en un negocio inmobiliario millonario. Con un mal llamado Mall, sin diseño arquitectónico integral, cada etapa de expansión tiene el sello del arquitecto de turno. Calles sucias, llenas de comercio informal, contaminado el suelo por los famosos repuestos y motores usados. Seguimos importando basura de otros países (ropa usada, autos usados con volante a la derecha, electrodomésticos usados, etc.)
En fin, ejemplos negativos hay por montón, sin hablar de la minería, que si hablo podrían pensar que estoy en contra de un desarrollo minero sustentable.
El gran eje estratégico que no hemos sabido explotar y está en pañales, es el turismo. El etnoturismo, el turismo histórico, arqueológico, tiene un potencial que las autoridades actuales y pasadas no han podido ver.
Se dice que está en la estrategia de desarrollo regional, pero la inversión pública nos dice otra cosa. Pensar en turismo altiplánico en nuestra región, es hacer el loco; traer turistas extranjeros para visitar el hermoso Tamarugal, siendo que muchos poblados, incluso capitales comunales como Colchane, no tienen alcantarillado o luz eléctrica permanente.
Mientras unos pocos tengan el "poder" de nombrar a gente que no tiene "dedos para el piano" seguiremos en la mediocridad de una inversión pública mal enfocada.
Enrique Vera Vargas