Pescadores hallaron documentos de los habitantes de Cobija anteriores a la Guerra
Estaban haciendo aseo y bajo el suelo pillaron una carta, una suscripción a "El Mercurio de Valparaíso" de 1878 y más.
Ignacio Araya - Estrella de Antofagasta
En medio de las ruinas de lo que alguna vez fue el próspero puerto de Cobija, a 130 kilómetros de Antofagasta, viven desde hace un tiempo Juan Ortiz Lucero y Víctor Carvajal. Ambos son buzos, trabajan en la mar y tienen sus casas junto a las gruesas paredes de antiguas construcciones abandonadas. La semana pasada estaban haciendo aseo cuando, entre las rocas bajo el suelo, encontraron unos viejos papeles que sorprendentemente estuvieron más de un siglo enterrados.
Los documentos resultaron ser varios testimonios previos a la Guerra del Pacífico, cuando Cobija era un puerto boliviano. Está, intacto, un recibo de suscripción a "El Mercurio de Valparaíso" datado el 1 de septiembre de 1878, por el valor de un peso mensual. El papel está firmado por el editor del diario para dejar constancia que el sr. Baratand (su apellido es poco legible) pagó por adelantado.
Este señor, Teophile Baratand -como se puede leer- vivía en Santiago, según la carta que le envía un amigo desde Moulin de Saint Martin (Francia), el 17 de julio de 1871. El texto, salvo uno de los dobleces, se encuentra en perfecto estado y está escrito en francés.
Y hay más. Bajo tierra ambos pescadores encontraron recortes de revistas, zapatos, una ilustración donde aparecen dos jóvenes vestidas a la usanza de la época, donde una de ellas -al parecer- le enseña un pañuelo.
También, un amarillento sobre remitido con estampilla desde Perú (5 centavos, emitida posiblemente entre 1874 y 1884), que dentro tuvo una carta dirigida a Artola Hermanos, firma minera de origen español que tuvo gran prestigio en Cobija y Gatico. Según se desprende del sobre, la empresa era agente en Cobija de la The Pacific Steam Navigation Company, que fue la primera naviera en usar la navegación a vapor en el Océano Pacífico. Ella llevaba cargas, correo y pasajeros entre Perú y Chile. El historiador Floreal Recabarren cuenta que los Artola se dedicaban "a todo" en Cobija, que el patriarca volvió a España y los hermanos hicieron la sociedad.
"Hartas cosas aparecen por acá", cuenta Rubén Araya, quien se pega el pique todos los días desde Antofagasta a Cobija y quien se enteró del descubrimiento de los pescadores. Juan Ortiz dice al teléfono que hasta ahora ningún coleccionista ni anticuario se ha contactado con ellos para darle un uso a su curioso descubrimiento. "Acá nos hemos encontrado con cuero antiguo y cachos de toro", cuenta.
1877 Un terremoto y tsunami arrasaron con gran parte de Cobija ese año.