Una deuda con las regiones
Las regiones importan y mucho. Esta idea ha sido transversal a muchos gobiernos, sin embargo, más allá de un discurso con buenas intenciones son poco los proyectos que apuntan a una real descentralización del país.
Durante varios años se discutieron fórmulas para entregarles mayor autonomía. Así se materializaron avances importantes en materia política, entre los que se incluyen la elección democrática de los Consejos Regionales que ya cumple su segundo periodo y la próxima elección de gobernador regional.
Pese a estos avances, aún quedan varios temas por resolver. En ese sentido, es indispensable dotar a las distintas zonas del país de herramientas económicas que contribuyan al financiamiento de iniciativas públicas y que, por lo tanto, favorezcan la calidad de vida de sus habitantes.
La mitad de la población del país habita fuera de la capital y, en consecuencia, merece una alta preocupación del Estado. Pese a esto, desde regiones se da cuenta de un alto grado de postergación y la urgente necesidad de cambios.
Hace varios años que se habla de royalties, de impuestos específicos regionales y otros mecanismos de financiamiento, sin embargo, poco y nada de eso se ha materializado en soluciones concretas, situación que en definitiva solo ha permitido levantar algunos proyectos que aún duermen en el congreso.
Ante ese escenario, el Presidente Sebastián Piñera anunció en una entrevista publicada el domingo, que se trabaja en un proyecto de impuestos regionales que busca, entre otras materias, que cuando se realicen grandes inversiones, parte de los tributos generados por estas iniciativas se destinen a las zonas donde se desarrolla la operación.
De materializarse esta idea, los gobiernos regionales y comunales contarían con importantes recursos para potenciar el desarrollo y, de esa forma, equilibrar el crecimiento que hoy presenta la región metropolitana en desmedro de estas zonas del territorio nacional.
Será trascendental, entonces, el impulso que este proyecto reciba de los parlamentarios regionales y la fuerza con que defiendan los intereses de territorio tan diversos como los del norte grande.
"La mitad de la población del país habita fuera de la capital y, en consecuencia, merece una alta preocupación del Estado".