Venezolana vende dulces en la micro y regala billetes de su país
Los Bolívares Fuertes, ex unidad monetaria de ese país cuyos billetes hoy no valen casi nada, vienen de regalo si usted le compra un pack de dulces en la micro. La chica habla de la crisis en Venezuela desde el asiento de una 114.
La micro 114 se detiene a la altura del Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta. La mujer que está en su puerta no se sube altiro como el resto de pasajeros que esperaban. "¿Puedo vender?", le pregunta al chofer. El hombre del volante, apurado, asiente y ella sube a ofrecer sus productos.
Jessica Nieves (24) se presenta a las cuatro o cinco personas que están en la micro. Es venezolana, está desde el lunes en Antofagasta y aunque es Licenciada en Administración de Empresas, tuvo que venirse a Chile por la crisis económica de ese país. En una mano tiene una caja con un set de galletas y chocolates a luca; y en la otra, un fajo de billetes.
-Si usted me compra, le estaré regalando uno de estos billetes… dice.
Jessica les regala bolívares fuertes (la anterior moneda venezolana) a los pasajeros que le compran dulces. Es paradójico que la vendedora intercambie dinero por comida y más dinero, pero todos los grises, verdes y azules papeles con rostros venezolanos hoy no valen prácticamente nada. La inflación en ese país hizo que el centenar de billetes hoy sean meros papeles que bien podrían servirle a algún coleccionista (ver recuadro).
La chica sostiene el fajo. "Esto no vale ni un céntimo de dólar", cuenta a "La Estrella" después de vender un par de packs de dulces a la gente que iba en la mañana en la 14 con dirección norte.
-La situación está cada día más difícil. O comes o te vistes o tienes que tomar una decisión qué hacer. No se puede hacer todo el mismo tiempo, está bastante complicado porque no se consigue la comida, no se consiguen los medicamentos.
La mamá de Jessica está enferma en Mérida, una urbe de los Andes venezolanos apodada como La Ciudad de los Caballeros, conocida por su agricultura y por la destacada Universidad de Los Andes, donde egresó la actual Licenciada en Administración de Empresas. Por eso anda viajando por aquí y por allá, para hacer plata que pueda enviar a su madre.
Al principio estuvo en Ecuador y después en Perú aunque en este último país le fue mal. Le robaron todo. No tenía casi nada y pasó a tener menos que eso. Pero le quedaron los billetes y, en conjunto con unos amigos venezolanos, se vinieron a Chile. Como idea de marketing quizás, empezaron a vender dulces y regalar un billete de su país.
-La gente no los conoce (a los bolívares fuertes) y es como el incentivo para que nos colaboren porque estamos viviendo en un hotel. Necesitamos alquilar una habitación porque estamos gastando 10 mil pesos al día. Es muchísimo dinero que estamos gastando para eso, no tenemos lo suficiente.
La situación
Jessica dice que cuando era más chica, su mamá sostenía la familia con un sueldo de maestra (profesora) y que ahora ni con dos trabajos se pueden mantener.
-Tú puedes tener tres trabajos y el dinero no te va a alcanzar para nada. Y ni siquiera para un mercado porque el sueldo es menos de lo que cuesta un cartón de huevos.
La danza de ceros y billetes se redujo con la llegada de los bolívares soberanos, dice la venezolana, pero cuenta que solo fue un cambio cosmético. O sea, le quitaron cinco ceros a la moneda, pero la inflación es la misma. "Se supone que con eso iba a mejorar el sueldo… que ya no eran 50 céntimos (de dólar) sino que eran quince dólares. Ahora de nuevo son 2 dólares, porque de nuevo sigue aumentando. No hay producción en el país y todo lo tienes que llevar de otro lado".
Mérida, el estado originario de la profesional, es cercano a Colombia y desde allá, asegura Jessica Nieves, traen medicamentos y comida, pero de forma limitada. Ahora, en Antofagasta, todos esos billetes que alguna vez tuvieron valor en Venezuela se regalan con los productos que vende arriba de la micro. Será así un tiempo hasta que arriende algo o siga adelante, porque encontró que es caro por acá.
-Quisiera ir a Santiago, o a una comuna que esté cerca pero sea más económico donde pueda reunir dinero y ayudar a mi mamá. Yo salí porque soy hija única de mi mamá y salí a ayudarla.
-¿Qué te dicen por los billetes?
-Te preguntan porqué los regalas y esas cosas, que 'tienes que ser un poco más patriota' (…) Esto no valen nada y en Venezuela tampoco van a valer, es mentira que vas a volver a estos billetes.
-Hay venezolanos que han llegado a Chile pero también hay un plan del Presidente Maduro para que la gente regrese y algunos lo han tomado ¿Cómo lo ves tú?
-Yo lo veo como un circo, realmente la gente no puede volver, porque no hay cómo comer y ni cómo mantenerse.
Antes de bajarse del bus (y de negarse a la foto de "La Estrella" porque dice que se podría prestar para otras cosas), Jessica Nieves manda un mensaje a sus compatriotas que tuvieron que emigrar de su país: "Hay que trabajar, hay que dejar el país en alto. Hay que seguir haciendo las cosas bien porque así como vinimos unos a trabajar, hay otros que no han venido a trabajar y nos han dejado mal. Hay que tratar de remediar lo que han hecho. Los que salimos del país ha sido con un propósito que es ayudar a nuestra familia. Yo me puedo poner el mismo pantalón todos los días, lavarlo todos los días y ponérmelo durante un mes, mientras mi mamá tenga que comer en Venezuela".
"La situación está cada día más difícil. O comes o te vistes"
Jessica Nieves,, venezolana."
La inflación fuera de control
Según un reporte de la Agencia EFE, Venezuela se ha convertido en el país con el ciclo inflacionario más dañino de América Latina. Los precios están subiendo 3% a 4% todos los días y cada mes el índice de inflación anda por el 200%.
Comparando otras inflaciones, en 1984 Bolivia llegó al 23.454%, Nicaragua (entre el 86 y el 91) estuvo en 13.109% y Venezuela, sólo en 12 meses, ya va en el 980.000%. "La gente piensa que estamos en la parte más dura del ciclo hiperinflacionario y lamentablemente estamos en una etapa intermedia, es decir, los niveles de aceleración en la tasa de inflación pueden ser mucho más agresivos", dice el economista Asdrúbal Oliveros.