La estafa asociada al ofrecimiento falaz de viviendas es un delito con una historia extensa en la región, sobre todo en las comunas de Iquique y Alto Hospicio, donde inescrupulosos se han aprovechado del sueño de un hogar propio de un sinnúmero de tarapaqueños.
A pesar de algunos matices en el modus operandi de los estafadores, la manera en cómo operan se parece bastante. Captan a las víctimas haciéndoles creer que ellos cuentan con las facultades, dentro del marco de la ley, para facilitar el proceso de adquisición de una vivienda, a cambio, por supuesto, de dinero.
Algunos se presentan como funcionarios de servicios públicos vinculados al proceso de entrega de subsidios habitacionales.
En mayo de 2016, por ejemplo, a una pareja la formalizaron por el delito de estafa tras ser acusada de engañar a 10 personas con la promesa de un subsidio para conseguir un inmueble. Para ello, las víctimas debían efectuar un pago de entre los 2 y 5 millones de pesos.
Ocho meses después, se conoció el caso de una mujer detenida por presentarse ante sus víctimas como una funcionaria del Servicio de Vivienda y Urbanización y trabajadora de la intendencia, y ofrecer, sin tantas exigencias, subsidios habitacionales en Iquique, Alto Hospicio y Pica. Como los demás, también pedía un depósito o entrega de dinero en efectivo.
Hace unos días, otro hecho se conoció luego de que la ex directora de Serviu, Mariana Toledo, denunciara en la Fiscalía a una persona que habría realizado la misma estafa a más de una persona.
Es posible de que este ilícito siga ocurriendo en la región, ya que el sueño de la casa propia es una realidad de muchas familias de Tarapacá. Por lo tanto, es importante que la comunidad no se tiente por el camino fácil y acuda siempre a los servicios oficiales encargados del proceso. Y en el caso de que se presente un ofrecimiento de un desconocido, consultar en los organismos que correspondan o denunciar de manera oportuna.
Es imperioso, además, que las instituciones vinculadas y las policías sigan atentos a estos hechos delictivos para que el abuso a través del engaño pierda fuerza y los responsables paguen por aprovecharse de las necesidades de la gente.
"Es imperioso que las instituciones y la policía sigan atentos a estos hechos para que el abuso pierda fuerza".