Inclusión laboral
En abril de 2018 y tras ser publicada en el Diario Oficial, entró en vigencia la Ley 21.015 de inclusión laboral. Su objetivo es incentivar la incorporación de personas con discapacidad al mundo del trabajo.
La normativa estableció que durante su primer año de vigencia, las empresas con más de 200 trabajadores debían reservar el 1% de su plantilla para estas personas y que, a partir del próximo 1 de abril de 2019, esto será una exigencia para las empresas con más de 100 trabajadores. Para tales efectos se consideran a las personas que cuenten con el Registro de Discapacidad, esto tras la evaluación de la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin) y quienes sean asignatarias de una pensión de invalidez de algún régimen previsional.
Como ley de la República, no existe excepción para su cumplimiento, aunque hay alternativas para las empresas que por algún motivo no cuenten con la implementación necesaria para acoger a trabajadores con discapacidad. En ese sentido, estas pueden firmar contratos de prestación de servicios con firmas que estén dentro de la normativa o mediante donaciones a corporaciones o fundaciones que apoyen a estas personas.
Con todo, a casi un año de su aplicación, el gobierno realizó un positivo balance y fue el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, quien hace pocos días dio a conocer que, a nivel nacional, un 83% de las empresas está cumpliendo con la disposición, es decir, 1.916 empresas han contratado a 10.476 personas. No obstante, tal como comentó el secretario de Estado, aún faltan 1.916 empresas que deben ajustarse a la normativa, por lo que es importante que los organismos fiscalizadores incrementen su labor y que se sume el 17% restante.
Hoy por hoy las empresas deben ajustarse a los cambios sociales, lo que les permitirá conseguir la cada vez más importante "licencia social" para operar. Quienes se resistan, seguramente pagarán un precio más alto que las multas, tal como lo indican varios ejemplos a nivel mundial.
En ese sentido, es necesario que estos empleos no obedezcan solo a un número, sino que a un real compromiso con la inclusión.
Lo más importante de esta ley es su espíritu, ahí se debe apuntar.
"Las empresas deben ajustarse a los cambios sociales, lo que les permitirá conseguir la cada vez más importante 'licencia social'".