Venezolanos revelaron como logran adaptarse a la ciudad
La comunidad venezolana se convirtió el último año en la con mayor cantidad de habitantes en el país.
Que Iquique sea una ciudad relativamente pequeña, practicar hockey en el club Drakons y reunirse con las amistades que ha formado desde que llegó a la capital regional, son las cosas que hacen sentir en casa a Naudy Castellanos, de 33 años, quien hace casi tres dejó atrás su natal Venezuela en búsqueda de un mejor porvenir.
Castellanos llegó hasta la primera región el 16 de junio de 2016 y su única referencia de Iquique la tuvo a través de un buscador de Internet.
"Aparecía que era una región no tan fría en Chile y decidí venirme. Solo tenía esa referencia del clima y decidí llegar hasta acá porque nací y me crié en Guanare, una ciudad bastante calurosa en Venezuela, pequeña y se sustentaba con la agricultura en su buen tiempo, pero hoy en día ya no produce nada".
En Venezuela, el treintañero estudió ingeniería informática y cuando la crisis de su país no estaba tan pronunciada, logró desempeñarse en su área en diferentes empresas, pero "siempre habían problemas porque expropiaban o intervenían y al final no les gustaba cierto tipo de profesionales entonces te desplazaban, es por eso que comencé a prepararme para emigrar".
Adaptarse al ritmo de la ciudad no fue difícil para él, ya que "me encontré con una infinidad de compatriotas venezolanos con los que nos juntábamos todos los fines de semana y en realidad no fue tan fuerte el cambio porque también conocí a muchos chilenos que tendían la mano".
Por estos días el ingeniero informático está desarrollando una empresa junto a un coterráneo, en la que ofrecen soluciones tecnológicas, informáticas y de diseño.
Actualmente, junto a su socio están culminando un proyecto de innovación social tecnológica, el que lograron concretar a través de un capital Semilla de Corfo, denominado Traductor Autónomo de Lengua de Señas.
Se trata de un sistema que facilita la comunicación entre la comunidad de personas sordas y las empresas de servicios con atención directa a sus clientes.
"Esta idea se me ocurrió en Venezuela y en algún momento decidí materializarlo e intenté hacerlo, obviamente allá el gobierno dijo no (...) querían que yo hiciera el trabajo y luego ellos quedarse con todos los méritos, así que dije que no", contó.
Respecto a la situación que está viviendo su país, Castellanos comentó que "desde acá veo un panorama muy complejo porque no siempre se ha sabido difundir el tema real de lo que está pasando allá. La realidad de Venezuela es que hay un narco gobierno, que se disfraza a través de un proceso semi diplomático de gobierno paralelo (...) Hoy en día lo que sí se ve es un hito de esperanza y un anhelo de que ya pronto vendrá la libertad que se espera que a través de esta nueva puesta en marcha, esta figura de Juan Guaidó, el presidente encargado de Venezuela se está materializando lo que es la salida no democrática, porque allá la democracia es fachada, pero si un canal en el cual se pueda traer de un ente externo que buscar apoyar a la verdadera democracia que está todavía latente pero muy mínima en Venezuela y así poder despertar al país que está secuestrado".
Retornar a Venezuela no es algo que esté en las proyecciones de Naudy Castellanos, quien asegura que la tendencia está "en que seamos ciudadanos del mundo y no solo de un país. Me gustaría ir a Venezuela a compartir con mi familia y amigos pero radicarme nuevamente allá lo veo difícil".
Regularización
De acuerdo a los datos del último informe de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), en los últimos dos años la comunidad venezolana que reside en Chile e derrocó a los migrantes peruanos que históricamente han convivido en el territorio nacional, creciendo de 2,7% a un 4,4%.
En cuanto al registro que posee la Gobernación Provincial de Iquique, durante el año 2018, hubo un total de 1.561 de venezolanos que tramitaron sus visas, mientras que hasta el 25 de febrero de este año, 271 personas regularizaron su situación migratoria.
Travesía
Una verdadera travesía es lo que debió enfrentar Jesús Córdova (38), quien llegó por tierra hasta Iquique, tras pasar 6 días de viaje cruzando las fronteras de Colombia, Ecuador, Perú hasta llegar a Chile.
"Lo que motivó mi traslado fue la situación económica y social que está atravesando Venezuela, porque ya no había dinero, no había para comer y el presidente junto a los gobernantes no estaban haciendo nada por resolverlo, sino que cada día había más delincuencia e inseguridad, no podías estar tranquilo en la calle", contó y agregó que primero viajó acompañado de dos amigos, pero siempre tuvo una meta clara: ahorrar lo necesario para traer a a su familia.
El oriundo de la ciudad Bolívar, ubicada al sureste de Venezuela, contó que el cumplimiento de su meta se aceleró cuando en diciembre del año 2016 hubo un "estallido de delincuencia" en su tierra natal.
"Muchas personas salieron a saquear a las calles, destruyeron el comercio y querían entrar a las casas a robar todo, entonces mi familia estaba expuesta y yo muy preocupado. Eso ocurrió un 17 de diciembre y ahí estaba desesperado, estuve un año ahorrando dinero para traer a mi familia", narró.
De ese periodo su madre, Noemí Romero (67), quien es profesora jubilada, recuerda que el 25 de diciembre del 2017 comenzó la ruta, día en que el gobierno venezolano hizo las elecciones de la asamblea constituyente.
"Todo el mundo estaba buscando la manera de salir del país porque con esa asamblea se confirmaba la dictadura. Llegamos a Colombia y pasamos dos días en Cúcuta sin poder conseguir pasajes", relató.
Para ella no fue complejo acostumbrarse a vivir en Iquique, pues asegura que estando con todo su núcleo familiar, ya que viajó acompañada de su hija y cuatro integrantes de su familia, fue más fácil porque "estábamos todos juntos apoyándonos".
Por ahora son 7 personas las que viven en el departamento de Jesús, pero cuando recién llegaron alcanzaron a vivir hasta 12 personas, es por eso que debían tomar turnos para el uso de la cocina y el baño, situación que según contó Jesús Córdova, "eso es parte de las cosas que tienes que vivir como migrante, de hecho, cuando llegué junto a mis amigos llegamos a una pieza muy chica, dormíamos en el piso y era un poco difícil la convivencia, pero es cuestión de saber llevar y saber que tenemos que atravesar situaciones que no son fáciles hasta conseguir la comodidad que uno desea".
"Hay que hacer todo lo que pidan"
Jesús es músico y licenciado en administración, lo que a un mes de su llegada a la ciudad, le permitió ingresar a un restorán a trabajar como asistente del administrador.
"Me ha tocado hacer muchas cosas que no eran propiamente del cargo, como lavar baños, limpiar pisos, entre otras, pero cuando uno llega acá tiene que hacer de todo lo que le pidan", comentó y agregó que por ahora trabaja haciendo clases de música a internos de la cárcel de Alto Hospicio y "es algo que nunca pensé hacer, pero estoy trabajando en lo que me gusta".
Para Córdova, tampoco está entre sus planes volver a Venezuela, pues asegura que "ahora estamos todos acá, no hay nada que nos motive a volver".
"Personalmente no retornaría a mi país, ya eché raíces acá, ahora tengo un hijo iquiqueño que tiene 8 meses, tengo un trabajo estable", agregó.
Asimismo, Noemí confesó que "si llego a regresar sería más que todo para hacer el trámite de la venta de mi casa que tengo allá".
En cuanto a la sensación que tienen respecto a lo que ocurre en Venezuela, el músico comentó que "cuando Juan Guaidó se proclamó como presidente encargado, es como que hay una esperanza de que algo va a pasar y más cuando la mayoría de la comunidad internacional lo reconoce".
"Lo que motivó mi traslado fue la situación económica y social de Venezuela
Jesús Córdova"
"Todo el mundo estaba buscando la manera de salir del país
Noemí Romero"