EDITORIAL
Ciberbullying
Con el fin de que los profesores, alumnos y padres, puedan reflexionar sobre cómo abordarlo cuando se hace presente, el Ministerio de Educación instituyó al 14 de marzo como el Día contra el Ciberbullying, que a contar de ahora formará parte del calendario de los colegios.
El año pasado la Superintendencia de Educación recibió 393 denuncias por ciberacoso escolar, un 111% más que en 2016 cuando hubo 184 quejas. El 82% de los casos correspondieron a mujeres.
Este acoso que se presentaba en la sala se trasladó a las redes sociales, en forma amplificada, con la diferencia que antes los agresores mostraban su rostro y ahora se esconden tras un apodo, además es más masivo, tiene más herramientas y puede verse a un curso entero que se hace parte del acoso y donde las agresiones son brutales y sin filtros.
El ciberbullying o ciberacoso es un concepto que ya se adoptó en nuestro país y que muestra un alza persistente, ya que da cuenta de los conflictos de relaciones entre los estudiantes, los que al no ser resueltos por el colegio, se trasladan a los espacios virtuales.
Es evidente que con la masificación de las redes sociales y el uso de tecnología, ha crecido también la preocupación de los padres respecto a los ataques que pueden sufrir sus hijos a través de las redes sociales, ya que los casos son más frecuentes y menos controlables fuera del ámbito escolar.
Debido a ello, la Superintendencia de Educación dispuso que los sostenedores de los colegios deben incluir este tema en sus protocolos, actualizando sus manuales de convivencia, con el fin de que la comunidad escolar tenga claro cómo enfrentarán situaciones de hostigamiento a través de las redes sociales.
La intimidación sicológica y hostigamiento a través de equipos tecnológicos, provoca daños insospechados en estudiantes, junto con vulnerar sus derechos como personas.
Ante esta realidad y la crueldad con que actúan algunos menores en contra de compañeros, es necesario guiar a los escolares acerca del buen uso de las tecnologías y los riesgos y peligros que encierra su utilización indebida. Sin duda establecer un día para reflexionar sobre esta problemática es importante, pero se debe ir más allá y generar acciones que puedan controlar mucho más lo que los menores publican en redes, donde urge que los apoderados sean capacitados, principalmente porque son tecnologías que la mayoría de las veces los niños dominan de mejor manera.
"Es necesario guiar a los escolares acerca del buen uso de las tecnologías y los riesgos..."