Valeria Barahona - Medios Regionales
El Papa Francisco ayer aceptó la renuncia del arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, en medio de la crisis que vive la Iglesia ante las cientos de denuncias de abusos sexuales cometidos por religiosos, mayoritariamente contra niños. El religioso ítalo-chileno, acusado de encubrir estos ilícitos, afirmó que "hay que probarlo, y yo estoy con la frente muy en alto". Como sucesor en el cargo, el Sumo Pontífice nombró al obispo de Copiapó, Celestino Aós.
"Toda denuncia ha sido enfrentada y habrá que esperar lo que la justicia diga sobre eso. No basta que se diga que soy encubridor, hay que probarlo, y yo estoy con la frente muy en alto, seguro de que eso se va a probar", afirmó Ezzati durante su salida del cargo, al ser consultado por las demandas contra religiosos.
El ahora obispo emérito agregó que al Ministerio Público "le hemos pedido que nos entregara la documentación de los casos en el cual me citaba. Eso no lo tuvimos, ni siquiera ahora lo tenemos completo. Pero desde la primera vez que estuve en Rancagua (ciudad cuya fiscalía lleva los casos), hice un preámbulo, dije yo por ahora me acojo a lo que el derecho de Chile me ofrece en su legislación de guardar silencio".
"En su momento oportuno hablaré, y espero que llegue cuanto antes. Por eso le he pedido a mi abogado que fije cuanto antes el día y la hora para mi declaración", dijo el ex arzobispo, aclarando que entregará su versión ante las acusaciones de encubrimiento.
Edad límite
Ezzati, asimismo, explicó por qué el Papa aceptó su renuncia: "Hace dos años, dos meses y 17 días que cumplí los 75 años de edad, edad en la cual por lo que establece el código de derecho canónico, un obispo está llamado a presentarle al Santo Padre la disposición para que él nombre un nuevo obispo".
El religioso reveló que el 19 de marzo habló con el Pontífice y, "finalmente, hace solamente cuatro días atrás, pude conocer, a través de la Nunciatura Apostólica, el nombre de quién me iba a suceder, no como arzobispo, porque la sede queda vacante, pero aquel que el santo Padre nombraba como administrador apostólico sede vacante", es decir, el obispo Celestino Aós, antes miembro de la diócesis de Copiapó.
"El nuevo arzobispo de Santiago el Santo Padre lo designará cuando él lo discierna. La diócesis queda sede vacante, no tiene un arzobispo y, mientras la Santa Sede nombre el nuevo arzobispo, un obispo, en este caso monseñor Celestino Aós, es el administrador apostólico de esta sede vacante. Me alegro de la acción del Santo Padre, le tengo un profundo respeto, cariño a Aós. Creo que va a desarrollar una tarea muy importante y les pido a todos que en este tiempo que ha sido de dificultad, les pido a los católicos que sigan apoyando al nuevo administrador y a la Iglesia de Santiago con su oración y con su cercanía", concluyó Ezzati.