Jaime Guzmán
Mañana 1 de abril de 2019 se cumplen 28 años desde el asesinato en democracia del senador Jaime Guzmán Errázuriz; un crimen que a pesar del tiempo transcurrido aún no encuentra justicia, y no lo hace por diversos motivos. Primero, porque sus culpables condenados por la justicia chilena se fugaron y aunque sepamos donde están son protegidos por redes chilenas e internacionales quienes al parecer estiman que aquellos que no piensen como ellos no son titulares de derechos humanos y tampoco merecen justicia. Mas grave aún cuando incitan a la violencia política, que creímos erradicada y que tanto mal nos hizo y nos sigue haciendo como país.
Comparto con uds., algunas reflexiones del documento preparado por la Fundación Jaime Guzmán sobre la violencia política a raíz de este nuevo aniversario del asesinato del senador Guzmán.
Parecía de sentido común asumir la premisa de que nuestra democracia, fortalecida con el transcurso de los años, había dejado atrás la legitimación de la violencia como método de actuar en política. Sin embargo, los diferentes episodios que han protagonizado algunos nuevos actores el último tiempo, junto con el discurso estructural de defensa de otros a dictaduras que violan los DD. HH., obliga a una reflexión transversal sobre la necesidad de erradicar y condenar cualquier justificación de la violencia política, con el objeto de evitar que su validación permee la cultura, arriesgando incluso que la violencia política abra paso o naturalice la llamada violencia civil (Arostégui, 1994, p.20). Esta preocupación se sostiene además en el marco de la proliferación de la llamada "corrección política" en nuestro país, la cual tiene como horizonte político -precisamente por la vía de la violencia en sus diferentes formas- acallar el pensamiento de la diferencia. No obstante, la principal alerta del resurgimiento de la validación de la violencia política como herramienta, es que -a pesar de que ya han pasado 28 años del asesinato del senador Jaime Guzmán Errázuriz, perpetrado en plena democracia, y que vivimos en un Estado de derecho y en una democracia robusta- aún existan sectores (como la ultra izquierda emergente chilena) que, tras expresiones públicas y solapadas, sigan lamentablemente avalando la violencia política, y haciendo apologías de quienes cometieron estos crímenes
No puedo terminar estas líneas sin destacar la figura del senador Guzmán, fue un político brillante, de una lógica imbatible y que nos convocó a trabajar por Chile con unidad de propósitos, con convicción y lealtad; porque que no hay arma mas poderosa que la convicción ni acero mas fuerte que la lealtad para hacer de verdad historia por Chile.
"Fue un político brilante, de una lógica imbatible y que nos convocó a trabajar por Chile".
Luz Ebensperger,, senadora Región de Tarapacá"