Cuando escuchamos "completo" inmediatamente se nos viene a la mente ese clásico sándwich hecho en un suave pan de miga alargado y que esconde en sus entrañas una vienesa cocida, cubierta en su totalidad por chucrut, tomate, salsa americana, palta y mayonesa.
Esta particular y poco mezquina combinación de ingredientes - que este 24 de mayo celebra su Día- solo está presente en nuestro país, y dista mucho de su "ancestro" más cercano: el hot dog. Sobre su origen hay muchas historias, quizás tantas como sus variaciones e ingredientes. Sin embargo, la más cercana a la realidad data de 1920 en donde Eduardo Bahamóndez, dueño del Quich Lunch Bahamóndez, emplazado en el clásico portal Fernández Concha -frente a la Plaza de Armas de Santiago-, decide ofrecer Hot Dogs clásicos (solo con kétchup y mostaza) los cuales no tuvieron nada de éxito, pero al incorporar la palta, el tomate, la mayonesa, el chucrut y el perejil, el éxito fue rotundo.
El completo es prácticamente un emblema nacional y cada vez que conocemos a un extranjero le aconsejamos probar este mítico sándwich y esperamos ver su reacción al verlo y probarlo, aunque no siempre se obtenga la mejor de las apreciaciones por parte del comensal. Debemos reconocer que la versión chilena del hot dog es de las versiones más grandes, abundantes, excesivas y menos mezquina que existen en el mundo, por lo que para muchos puede significar una verdadera aberración.
La abundancia que luce este producto también se refleja en el aporte nutricional. Un solo completo puede llegar a tener 550 kcal, y estar compuesto por un 61% de grasas y un 29% de carbohidratos. Por tanto, no es un alimento nutricionalmente equilibrado. No se trata de "satanizar" a nuestro emblema, pero es mejor que no forme parte de nuestra alimentación habitual.
Desorden de vendedores
En el último tiempo hemos visto como una parte de los vendedores ambulantes se ha instalado más cerca de la Plaza Prat, entre Baquedano y Patricio Lynch, y sin ningún orden, lo que dificulta, a veces, el tránsito de las personas. Estamos de acuerdo con el trabajo independiente, pero las autoridades tienen que ordenar la venta de los ambulantes en espacios que no entorpezcan la fluidez de las arterias principales. Con más voluntad, todos ganaríamos.
Juan Cristóbal Reyes
Unab
Hernán Sanquea