Devotos de la Virgen del Carmen recordaron a sus deudos en misa
Fieles de "La Chinita" participaron en eucaristía en memoria de quienes en vida asistieron a la fiesta.
Un espacio para recordar a los feligreses que ya no están es el que tuvieron los devotos de La Tirana el día de ayer en la capilla del poblado, donde celebraron una eucaristía en recuerdo de dirigentes, bailarines, socios y músicos fallecidos.
Isabel Maluenda llegó en representación de la familia Maluenda Galeas. Sus dos padres fallecieron en Antofagasta y ahora están radicados en San Felipe, Región de Valparaíso, desde donde llegó para participar de la misa.
"Nosotros seguimos a todos nuestros antepasados, de mi madre Agustina Galeas, sobre todo, porque ella era iquiqueña. Mi padre fue trabajador de las salitreras, Pedro Maluenda", cuenta la mujer.
Resurrección
El padre Néstor Veneros, párroco de San Pedro de Atacama, presidió una misa en la que prevalecen textos bíblicos sobre la resurrección y la sanación, como la historia de la hija de Jairo o la misma resurrección de Cristo, o de algún enfermo bendecido por Jesús, según la tradición cristiana. En esta oportunidad se leyeron párrafos sobre la historia de resurrección de Lázaro.
"Lo que nos promete Dios es la vida eterna. Esta vida, si bien tenemos que disfrutarla, cuidarla y protegerla, no es el fin. Es más importante salvarse que sanarse. ¿Qué pasa si yo me sano y me condeno? En cambio, ¿si no me sano, pero me salvo? Nunca debemos perder ese horizonte, la vida eterna es el fin", dice el sacerdote.
Veneros explica que la idea de esta misa es recordar y tener presentes a los fallecidos para hacerlos partícipes de la fiesta, pidiendo por ellos y para que intercedan en el actuar dequienes siguen vivos.
"Para nosotros es súper importante acompañar a todas las personas, Y de manera especial a quienes han partido a la casa de Dios. En esta misa se recuerda muy especialmente a quienes han tenido un cargo de responsabilidad, a los bailes, asociaciones, porque esta fiesta no solo la hacemos nosotros, sino toda la Iglesia y en ese sentido los fallecidos también son parte de nuestra Iglesia. Han partido a la casa de Dios y desde allá nos acompañan", comenta.
Hace dos años
A sus 43 años, María Isabel Peñailillo ha participado prácticamente toda su vida de la fiesta. Nació en Antofagasta, pero de pequeña llegó a Iquique. Hoy tiene dos hijos, de 21 y 25 años, a quienes traspasa su devoción. Su papá falleció el 15 de julio de 2017, a los 78. Su mamá ya lleva seis años de ausencia.
"Vengo desde hace años, cuando uno llegaba con carpa, cuando había que hacer fila para conseguir agua, olvídense de los baños. Vengo desde que tenía seis, siete años. Mi papito vino en 2017, de aquí se fue enfermo. Mi madre falleció un 27 de abril, pero venía año a año, nunca dejó de venir. Esto es maravilloso, grato. Desde que murió mi papito que vengo. Las misas son muy hermosas. A pesar de que han pasado dos años, es mucha la pena", relata.
Amigas pampinas
Guillermina Tabalí (74) y Miriam Rojas (73) participan de La Tirana desde que eran guaguas. Ambas son pampinas, de la oficina Victoria, donde se conocieron e hicieron amigas. Hace poco que ambas perdieron a sus hermanas y desde hace un tiempo que se acompañan para llegar hasta la capilla.
Guillermina Tabalí perdió a la suya en marzo de este año. "Mi hermana venía siempre, todos los años, pero se fue deteriorando mi hermanita y ya no vino más", recuerda.
La hermana de Miriam Rojas, por su parte, dejó de existir en noviembre de 2017. Ella la recuerda por una discusión doméstica que tuvieron en el poblado en julio de ese año.
"Habían pocas piezas en la casa. Yo moví unas maletas para hacer un espacio y dormir, pero vino mi hermana, que era diabética, y me pegó un escobazo. Yo me defendí y luego todos me retaron. Eso fue en julio y ella falleció en noviembre. En la familia me echaron la culpa, no me hablaban, pero yo tenía mi conciencia tranquila. Ahora siempre rezo por ella en esta misa y le digo 'si hice algo malo, perdóname' y le pido que nos proteja", confiesa.