La herencia que cultivan los nuevos danzantes y músicos de La Tirana
Las Cuyacas de Iquique mantienen el baile que fundó la fallecida caporala Rogelia Pérez hace más de 80 años.
Lorena Méndez - Evelin Aguilar
En el centro de la plaza de La Tirana una vara con diferentes cintas de colores se robó las miradas de los peregrinos que se retiraban tras haber participado en la misa en honor a la Virgen del Carmen, ocasión en que las Cuyacas de Iquique llamaron la atención con la mudanza que solo realizan cada 16 de julio.
Se trata del baile que fundó Rogelia Pérez, el 16 de junio de 1935, quien falleció el 2012, según contó su nieta, Monserrat Astudillo.
"Casi todas las mudanzas de las Cuyacas están inspiradas en los astros. Esta representa la adoración al sol y cada cinta representa algo. Por ejemplo, la negra habla del duelo, la café es por la carmelita, la verde es de la esperanza y cada una tiene un significado al momento de trenzarse", explicó la socia de la agrupación religiosa.
Herencia familiar
Acompañadas por el ritmo de una comparsa de lakitas, son alrededor de 20 bailarinas que continúan danzando con sus trajes coloridos acompañadas de sus pompones y cintas, entre las cuales están tres bisnietas de la fundadora del baile.
"Para mí, este baile es parte de la herencia viva que dejó mi abuela antes de partir y así como mi papá es músico del baile, mis tres hijas están en las filas. Para mí es un orgullo, ya son 84 años que tiene el baile Cuyacas y la importancia que tiene en la fiesta de La Tirana de igual forma las hace ser únicas. La idea que esto perdure por muchos años más", agregó Astudillo.
Durante la tarde de ayer, las bailarinas danzaron con su traje de gala, el que vestían con unas cucharas que simbolizan el estado civil de las bailarinas, según contó la nieta de la fundadora del baile.
"Si (las cucharas) están hacia arriba, quiere decir que son solteras y si están hacia abajo son casadas. Esto tiene que ver con costumbres aymaras porque este traje está inspirado en las vestimentas que usan los pastores", explicó Astudillo.
Pequeños músicos
Así como hay quienes comienzan a danzar a la "Chinita" desde niños, en su mayoría por ser una tradición que pasa de generación en generación, en las bandas de música también se puede notar a pequeños haciendo su mejor esfuerzo por tocar para la Virgen del Carmen.
Sin importarles el intenso sol durante el día, o las bajas temperaturas durante las noches y las madrugadas, Sebastián Espinoza (6) y Essays García (5) tocaron para la diablada Reina Madre del Carmelo.
Uno con la caja y el otro con los platillos, respectivamente, demostraron que para ser músico de la Carmelita no hay límite de edad, logrando tocar, de principio a fin, junto al resto de integrantes de la banda "Simplemente Originales".
"Este baile es parte de la herencia viva que me dejó mi abuela antes de partir".
Monserrat Astudillo,, nieta de Rogelia Pérez, fundadora del baile Cuyacas de Iquique."