"Fosther" y su legado en los completos, las mayonesas y las salchipapas
Nació a fines de los años 80 y era el lugar insigne para pasar por comida rápida, luego de una noche de fiesta.
Transcurría el año 1980 en la ciudad de Iquique cuando Héctor González creó la Panadería Carmen Gloria y el éxito de sus masas le dieron los dividendos para, ocho años más tarde, comprar la casa que estaba a un costado de su negocio, ubicado en la calle Genaro Gallo.
Allí construyó tres locales comerciales y cuando comenzó a ver a quién se lo podía arrendar, pensó en José Fernandois, un viñamarino de 25 o 26 años que llegó a trabajar con él y que a pesar de no contar con el dinero suficiente para invertir, no se quedaba atrás con su ímpetu, responsabilidad e inteligencia, así que le pasó uno de ellos para que lo trabajase.
La expansión de la ciudad se hacía cada vez más latente y la gente comenzaba a emprender colocando sus propios negocios de barrios. Es en ese contexto que nace el tan conocido Fosther, aquel local al que todo iquiqueño, si lo es verdaderamente, recurrió en altas horas de la madrugada porque era un -si no el único- negocio abierto para poder comprar comida rápida.
Se hizo conocido por ser uno de los pioneros en la llamada "salchipapa", la combinación de papas fritas con vienesa, que es una de las tantas creaciones de los nortinos. También vendían los típicos hot dogs, que en ese entonces solo llevaban pan, vienesa y tomate. "Empezó a decir 'a esta mayonesa le voy a echar ajo, a esta le pondré aceituna, entonces al cliente le preguntaba ¿lo quiere completo? Y yo pienso que ahí nació el completo, porque le echaba de todas las salsas", recordó González.
Durante 31 años llevó este nombre. El propietario dijo que Fernandois, quien también tuvo su experiencia laboral en radios locales, veía mucho cine estadounidense y le gustaba un personaje en particular, Fosther, con el que bautizó a su perro regalón al cual recogió de la calle.
Fue así como también nombró a su local. De hecho, hasta quiso registrar el nombre pero no pudo porque ya existía como una reconocida marca de retail.
Una década alcanzó a estar el joven al mando de este emblemático lugar. Su éxito era tal que se vio los bolsillos llenos de dinero, pero en plena época noventera el auge de la droga se percibía en la ciudad, un escenario que no pasó desapercibido para él.
Esto hizo que tomara otros rumbos, perdiéndose en el vicio y posteriormente arrastrando su trabajo, hasta el punto en que se vio sumido en esta adicción y tuvo que entregar el negocio para volver a sus tierras y superar esta etapa de su vida.
Bohemia
La salchipapa que llevó como eslogan "La cita sabrosa" cobraba vida entre las cinco y siete de la mañana, esto porque la juventud y los universitarios pasaban luego de la discoteque, a comer a este lugar por los bajos precios y porque era uno de los pocos abiertos en ese horario.
Luego del despoje de su primer arrendatario, fueron pasando emprendedores que se instalaban por un tiempo, luego emigraban y así sucesivamente, pero nunca tuvo el mismo boom ni el prestigio que le dio el porteño.
Su letrero de acrílico con letras azules y rojas hoy no está instalado donde siempre, pero tiene un lugar muy importante en la nueva sanguchería que allí se instaló. Por esa razón, una de las cosas que más le ha marcado al apodado Tito es que hay instancias donde la gente que pasa por Genaro Gallo y se detiene para preguntar dónde está el Fosther, que hoy mutó al nombre de "La Rúa".
Los recuerdos que se vienen a la mente al recordar estos históricos recintos que acogieron a jóvenes, adultos y familias enteras, que iban por su comida al paso, provocan la nostalgia de esa pequeña ciudad que comenzaba a crecer de manera incipiente, pero con la esencia que le dan estos pequeños emprendimientos donde se formaron grandes ideas, de las que aún consume la comunidad, como son las queridas mayonesas, las salchipapas y los completos.
"Empezó a decir 'a esta mayonesa le voy a echar ajo, a esta le pondré aceituna, entonces al cliente le preguntaba ¿lo quiere completo? Y yo pienso que ahí nació el completo".
Héctor González,, dueño del extinto Fosther."